Desde que viera la luz uno de los discos imprescindibles de la historia de la música sevillana en el siglo XXI, Santa Leone, hasta Gran Poder, última entrega discográfica de Pájaro, hasta la fecha, han pasado muchas cosas, pero una por encima de todas, la consagración definitiva, en solitario, de Andrés Herrera de la mano de Pájaro, una de las bandas de rock más potentes y versátiles del panorama nacional.
El próximo sábado, 16 de octubre, el Teatro Central de Sevilla acoge un evento único, que recorrerá toda una década de música, en letras mayúsculas, que ha sabido proyectarse desde Sevilla a todo el territorio nacional.
El concierto contará con unos invitados de autentico lujo y que de alguna forma complementarán al de Parque Alcosa. Desde Rafael Riqueni, a Martirio, pasando por Raúl Rodriguez, Kiko Veneno, Los Saxos del Averno y los García, Miguelito “Dandy Piranha” y Alejandro “Grizzly”, de Derby Motoreta's Burrito Kachimba.
En la actual banda, denominada Pájaro, encontramos la ya indiscutible maestría con la guitarra y la particular voz de Andrés, a la que se suman la guitarra, y las ideas, de Raúl Fernández, camarada, compañero inseparable y guía de Pájaro, con todo lo que ello conlleva, durante esta época de consolidación musical de una forma de entender el rock única e imposible de imitar. Podría decirse que sevillana y “silviana”, o como es denominada en algunos sectores, “Swing Cofrade”.
La formación se completa con la guitarra y coros Paco Lamato, el bajo de Jaime Candela, la batería de Antonio Lomas y los vientos de Ángel Sánchez, que le dan a la música de Pájaro una textura propia.
No se debe olvidar que el grupo, en sus comienzos, contaba con la batería de Roque Torralva y el bajo de Pepe Frías, que por diferentes motivos dejaron de formar parte del grupo.
Mención especialísima a Kini Triana, que con valentía y mucho arte metió su incomparable corneta en dos temas de Santa Leone. El que da nombre al disco y el ultimo corte, Palo Santo, una joya musical que te hiela la sangre al escuchar el duelo de guitarra españolas entre dos guerreros de la música, y de la vida, Andrés Herrera y Raimundo Amador, sazonado con el increíble sonido de la corneta, nunca antes utilizada en un disco de rock y que puso patas arriba el panorama musical cofrade y rockero, al mismo tiempo.
En estos diez años con Pájaro han compartido momentos irrepetibles, y participado en sus discos, músicos de la talla de Kiko Veneno, Raimundo Amador, Gecko Turner, Julián Maeso, Dogo, Los Saxos del Averno, El Twanguero y Guadalupe Plata.
Andrés, como músico, fue componente de lo más granado de la música sevillana de finales del siglo XX. Solo hay que tirar de hemerotecas y comprobar que su nombre estuvo ligado, en algún momento de su carrera, con Kiko Veneno, Martirio, Pata Negra, Dulce Venganza, No me pises que llevo chanclas y como no, Silvio, con el que formó Sacramento, la banda que consiguió sacar lo mejor del mito sevillano y lo catapultó a la gloria eterna.
Estamos ante un momento único, porque se dan una serie de circunstancias que seguramente no volverán a producirse. Porque es muy posible que este sea el primer gran concierto en Sevilla en la post pandemia, porque se van a reunir en el escenario una serie de artistas irrepetibles, porque la atmosfera que se cree en el Teatro Central será efímera pero inolvidable y porque Pájaro ha demostrado que su música es respeto al rock sevillano, al mas “silviano” de los sonidos rockeros, pero también a otros estilos, como las músicas sacramentales de Semana Santa, que lleva en la sangre, al igual que el spaguetti western y las inolvidables bandas sonoras de Leone o Morricone.
La historia llama a la puerta del Teatro Central. Sevilla tiene una cita el sábado 16 de octubre con Pájaro.