Hay que estar loco para subir a una colina acompañado por un perro verde y unos ratones colorados, llevando como misión visitar la casa de un duende andaluz, que durante 3000 años ha ido acumulando arte y sabiduría. Sólo un iluso con alma bohemia puede pedirle a este séneca, la enseñanza del don de la sapiencia, para con ella y el embrujo moruno que posee pueda ponerla en práctica como un vaga mundo que quiere explorar territorios nuevos y saber de las costumbres populares, gracias a la diversidad de personajes encontrados en su camino, y las mil y una historias que estos le vayan contando.
Jesús: Discípulo mandado por el duende de la colina a Al-Ándalus, para rescatar el alma perdida y olvidada de las raíces culturales de esta tierra, donde aún sigue habiendo mucho sol y sol; y poca luz. A diferencia de su semejante, este Jesús no le agrada que lo idolatren, ni que levanten templos en su honor. Tampoco quiere que los pueblos vayan a la guerra porque en las guerras siempre mueren los que menos culpa tienen. Ni que los países acumulen riquezas durante miles de años, mientras los países pobres están pasando hambre y enfermedades, sin solución a corto y largo plazo.
Quintero: Apellido querido y recordado en Andalucía gracias a los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero. Ambos fueron autores teatrales en el primer tercio del siglo XX. Estos se inspiraron principalmente en motivos y costumbres andaluzas, donde intentaban divertir a los espectadores con gracia y salero, sin preocuparse por los problemas socioeconómicos que venían padeciendo el pueblo andaluz durante mucho tiempo. Nuestro Jesús Quintero sin ser descendiente de estos hermanos, se ha preocupado por entretener a los andaluces, pero además de presentar la cara amable de estos, ha sabido interesarse por los verdaderos problemas que tiene cada ciudadano. Consigue siempre en sus programas darle vida a los marginados, sacando a la luz pública las anécdotas y confesiones de estos.
¡Suerte Jesús! Para que sigas por mucho tiempo alimentando a los ratones colorados que habitan en todos los hogares, con el arte, la sabiduría y los problemas que nos afectan a todos, contados por los huéspedes que se presten a morar en la casa del “Duende de Andalucía”.
Jesús, este homenaje popular hacia tu persona rescatada del olvido de mi hemeroteca personal después de veinte años. Te sirva como salvoconducto para cruzar las fronteras de la censura, de la ignorancia y de la intolerancia, y pueda transportarte libre como el viento hacia el umbral donde comenzaras tu largo viaje con el único equipaje que lo puesto. Un camino lleno de estrellas te llevara a un plato celestial donde tus pensamientos silenciosos y tus meditaciones filosóficas serán llevados por medio de las ondas cósmicas a través del espacio tiempo al corazón de todos los radioyentes y televidentes, que durante años han mamado en la nocturnidad de tu fuente del saber.
Nos dejas un legado eterno de otra manera de entender el periodismo.
¡Gracias Jesús!