Lo mismo de siempre: el Málaga CF volvió a tirar la Copa, esta vez contra un Nàstic de Tarragona que penalizó dos errores defensivos intolerables. Dos despejes que fueron asistencias. Así, siempre al remolque y recordando a los partidos en que siempre encontraba la manera de matarse a sí mismo, el equipo se marchó de vacaciones con un resultado amargo de 2-1 que dejó en nada el gol de N'Diaye.
Esta temporada todavía faltaba un error en saque de banda para tener toda la colección completa. Así, uno que lanzó el equipo local acabó en un mal despeje de cabeza de Juande que propició una segunda jugada para los rojillos, que remataron hasta en tres ocasiones: la primera la sacó Bilal bajo palos, pero el último rechace lo cazó Pol para fusilar a bocajarro a Manolo Reina. Así llegó el primer gol en el minuto 15.
Sin embargo, el Málaga, que desde hace semanas es un equipo más maduro en lo mental, siguió con su plan de asedio, buscando ocasiones por ambos flancos. Incluso por dentro, con un Luis Muñoz muy involucrado en tres cuartos. No se le ha olvidado al malagueño eso de ser un llegador. Con ese atributo, el de llegador, se plantó en el área Bustinza, y con un pase al punto de penalti, y encontró a un N'Diaye que remató sin defensores encima, con el interior, en una definición al primer toque muy de nueve (1-1).
Ambos equipos tuvieron sus minutos de confianza, y el Nàstic estaba esperando su momento en jugada aislada. Juande estaba errático en una zaga completada por Ramalho, Bilal y Bustinza, estos dos últimos los laterales en una combinación inédita. Faltaba, eso sí, algo más de conexión con Fran Sol, que tuvo que esperar al segundo tiempo para tener la primera en su cuenta.
El ariete malaguista remató de cabeza con algo de margen de puntería nada más reanudarse el juego en el Nou Estadi. Aunque apenas minutos después al que le tocó actuar fue a Manolo Reina, que volvía a la que fue su casa, y le paró un buen disparo a Bonilla. Iba a ser su única intervención de mérito, tuvo que corregir con su parada un error -otro más- de Bustinza al corte.
Ante la necesidad de algo distinto, entraron los jugones: Pepe Mel no quiso especular y metió de golpe a Fran Villalba y Aleix Febas y luego, Rubén Castro, Loren y hasta Juanmita, otro que debutó con el primer equipo como hizo Bilal. El ex del Sporting estuvo cerca del gol con un disparo raso y entonces, justo en la jugada de después, llegó la pifia de Ramón y el golazo de Pablo Fernández que echó al Málaga de la Copa.
No hubo reacción clara en los posteriores 12 minutos jugados y otro año más la competición copera se esfuma contra un rival de menor categoría. Ya es costumbre en este club, que vuelve a casa por Navidad, literalmente.
