Quedan 140 días. 4 meses y medio para las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023. Unos comicios planteados por la dirección nacional del Partido Popular como un plebiscito sobre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como si marcaran la antesala de la llegada de su líder Alberto Nuñez Feijóo a La Moncloa tras las generales que se celebrarán a finales de año. Con este móvil y con la idea de trasladar el efecto Juanma a las casi 800 localidades andaluzas, el PP andaluz están poniendo toda la carne en el asador al apostar por candidatos de postín, especialmente en las capitales de provincia.
A los alcaldes consolidados de Málaga y Córdoba, Francisco de la Torre (digno de estudiar su caso: con 80 años se presenta por sexta vez) y José María Bellido, respectivamente, hay que sumar a la nueva alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, quien, tras sustituir a Ramón Fernández Pacheco -dejó el bastón de mando para convertirse en consejero y flamante portavoz del Gobierno andaluz-, debe hacer valer que la capital más oriental de Andalucía es una plaza segura para los populares.
En la codiciada Sevilla, el candidato popular José Luis Sanz llega precedido de una brillante gestión como alcalde de Tomares y el apoyo, al menos ahora parece que sí, de todo el PP andaluz y sevillano. Con todo, tendrá un hueso duro de roer: el alcalde socialista Antonio Muñoz, quien ha sorprendido en su primer año por su gestión, dedicación y resultados. Para Granada, donde el PSOE gobierna en minoría, Moreno apuesta fuerte al perder a una de sus puntales en la Junta, la consejera de Fomento, y obligar a Marifrán Carazo a reconquistar esta plaza. Los cambios de fichas se completan con dos dirigentes que dejan sus responsabilidades institucionales por una aventura municipalista más incierta: en Huelva, Pilar Miranda dejará la presidencia del puerto onubense y en Jaén, José Agustín González renunciará a la dirección general de Consumo de la Junta.
La incógnita sigue siendo Cádiz, donde siguiendo por la apuesta de máximos, el PP apura los plazos para convencer a Teófila Martínez para que ofrezca uno de sus últimos servicios a su partido: recuperar una alcaldía que gobernó con mayorías absolutísimas durante 2 décadas. Ella no quiere por razones personales (está muy a gusto en el puerto de Cádiz y tiene tiempo para su familia) y políticas (le dolería especialmente una derrota en las urnas y, en caso de ganar, sabe que, por su edad, en 4 años no podría hacer lo que hizo en 20). Pero Moreno y los suyos insisten y de ahí que todavía no haya candidato en la capital gaditana.