Se va perfilando un sistema educativo cuyos pilares sin la elitización y la mercantilización
El Gobierno estatal, al servicio de los grandes capitales y siguiendo los dictámenes de la Unión Europea, se dispone a aplicar, entre otras medidas anunciadas, una contrarreforma laboral cuyos ejes fundamentales son el abaratamiento del despido, la precarización de las condiciones laborales, así como una mayor temporalidad en los contratos.
La reforma laboral del Gobierno deja sin garantías laborales a nuestros jóvenes.
Además de no servir para crear empleo (al contrario será más fácil y barato despedir pues no se contemplan más causas para hacerlo y se reducen las indemnización), se sigue condenando a la juventud a la temporalidad y precariedad, pues se mantienen los múltiples tipos de contratos temporales y se amplían las competencias de las empresas de trabajo temporal, lo que facilitará los contratos por días, o incluso por horas.
Los/as jóvenes, estamos viendo como nuestro futuro nos está siendo negado, sufriendo en estos últimos años un retroceso brutal en lo que a derechos laborales, civiles y sociales se refiere, siendo estas últimas medidas un nuevo golpe en esta dinámica.
Por otro lado, se va perfilando un sistema educativo al servicio del capital cuyos pilares fundamentales son la elitización y la mercantilización de la educación. Ante esto, la juventud no puede quedarse parada. Es hora de que tome un papel protagonista y se levante contra los planes de un gobierno y una patronal que no ve otro futuro para nosotros/as que el paro y la esclavitud asalariada.
Desde Nexojoven invitamos a los jóvenes a que apoyen la huelga general y a participen en la concentración que el Foro Social Portuense realizará el mismo día 29 de septiembre a las 7 de la tarde en la Plaza Isaac Peral.
Es una buena ocasión para demostrar que llevamos la esencia de la reivindicación y el inconformismo, por eso debemos dar un golpe encima de la mesa para mostrar que no estamos de acuerdo con la reforma laboral del Gobierno.
Los jóvenes debemos darnos cuenta de que nos encontramos con una de las reformas más graves, que ha sido elaborada a la carta y que perjudica seriamente a los trabajadores, ya que no servirá para crear más empleo ni para reducir la temporalidad laboral además de que los despidos sean más fáciles y más baratos, que privatiza los servicios públicos de empleo y que facilita al empresario la modificación de la condición laboral.