Son varias las semanas en las que se están produciendo incidencias en la cobertura móvil que @MovistarEspaña ofrece a los vecinos de Los Naveros y La Cañada del Taraje y el motivo de este artículo no se debe a cuestiones puntuales que todos debemos saber sufrir cuando de servicios se trata; este artículo se escribe en un contexto de una constante, y esa constante es la precariedad de los servicios que se ofrecen a esta zona rural.
Por un lado, tenenemos a la todo poderosa E-Distribución (lo que venía siendo Sevillana Endesa) que a pesar del precio que todos pagamos por el servicio energético, mantiene en precario unas instalaciones que a las mínimas de cambio provocan microcortes, cortes no tan micro y subidas de tensión de las que nuestros equipos electrónicos dan buena cuenta, haciendo doble daño: uno, no poder emplear los equipos mientras se espera pacientemente el suministro, y dos, se estropean constantemente añadiendo peso económico al enfado. Este deficiente suministro es bien conocido en esta zona y el entorno, ya que cada vez que existen graves problemas de cortes eléctricos surgen promesas al viento sobre la inmediata mejora de las instalaciones... para cargar coches eléctricos está la cosa.
Por otro lado, y más concretamente en las últimas semanas, comienza a ser sangrante el servicio de cobertura de @MovistarEspaña en nuestras pedanías, con hasta dos y tres días por semana sin suministro con todo lo que ello implica, pues aunque antes no era tan necesario estar comunicado, ahora que estamos obligados, este servicio se vuelve más esencial. A modo de ejemplo, comencemos por la más grave, nuestros mayores, cuyo servicio de teleasistencia ha de estar conectado; es imposible recibir llamadas de citas médicas o de otro tipo; también se da la necesidad de comunicar cualquier emergencia que pudiera surgir; existen problemas para hacer las tareas del cole; es inviable usar los datáfonos y resto de dispositivos digitales de los negocios y un largo etcétera que todos podemos imaginar en este mundo hiperconectado y digitalizado lo que conlleva.
No se exige por parte de nuestras poblaciones rurales un servicio de ultrasonido digital, simplemente un servicio digno, un servicio acorde a los tiempos que corren, un servicio con suficiente calidad para no sentirnos a otro nivel. Vivir en el campo tiene sus pros y sus contras y lo único que exigimos es no añadir más contras a los existentes. Parafraseando al movimiento de la España Vaciada "Queremos que ser pocos no reste derechos. Queremos que exista una auténtica igualdad de oportunidades y servicios que garantice el derecho a poder elegir dónde vivir."
Debemos desterrar un modelo economicista y cortoplacista que busca una falsa eficiencia en la concentración poblacional, en favor de un modelo mucho más sostenible donde la relación pueblo/ciudad sea más equilibrada.
Esta labor corresponde a las instituciones, comenzando por el Ayuntamiento, terminando por el Gobierno Central y pasando por Diputación y Junta de Andalucía, que deben promover medidas de cohesión social y territorial. No obstante, también debe existir un compromiso social de las empresas que deberían ayudar a vertebrar el territorio en el que se asientan.
Mientras tanto, todo sigue igual y así no se fomenta el mundo rural.