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El riesgo de publicar fotos de niños en las redes: que acaben en manos de un pedófilo

 Sacarle una foto a una niña jugando con sus amigos en la piscina o a un bebé recién salido de la bañera es una práctica habitual entre los padres

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  • Redes sociales.

 Sacarle una foto a una niña jugando con sus amigos en la piscina o a un bebé recién salido de la bañera es una práctica habitual entre los padres, quienes deben ser conscientes del riesgo que supone publicarlas en redes sociales, y es que estas tiernas imágenes para la mayoría pueden acabar en manos de pedófilos.

Así lo advierte la doctora en Derecho y especialista en menores y redes sociales, Laura Davara, en una entrevista con EFE, en la que lanza un aviso a los padres: cuando suben una foto de este tipo en Instagram, es decir, con poca ropa, pierden el control de la misma y, por tanto, de alguna manera “le están dando posible material a pedófilos, que puede hacer fácilmente un pantallazo y quedársela o subirla a un foro de pornografía”.

Davara, autora del libro "El libro definitivo sobre las redes sociales: claves para padres y educadores", que es un manual para padres y educadores en el uso de estas tecnologías, recomienda a las familias que no publiquen fotos de sus hijos desnudos, en pañal o en ropa interior, ni siquiera las compartan por Whatsapp, porque “sabemos con qué ojos las miramos nosotros y con qué intención las subimos pero no podemos controlar con qué ojos y con qué intención las mira quien está al otro lado de la pantalla”.

Según detalla, hay una estadística que dice que el 81% de los bebés tienen huella digital antes de los 6 meses de vida por las ecografías y por las infinitas fotos que publican cuando nacen en redes sociales, una práctica que, si se hace, recomienda que se realice evitando al máximo compartir información personal adicional como ubicación, nombre y apellidos.

El riesgo de ser padres "influencer"

Sobre los perfiles de padres "influencer" insiste en lo peligroso que puede llegar a ser que cualquiera, con buenas o malas intenciones, debido a su exposición en redes, pueda reconocer a un niño y ubicarlo.

Señala que en muchas ocasiones se hace porque las publicaciones en las que aparecen imágenes con niños generan cuatro veces más de éxito y, por tanto y en determinados casos como pueden ser anuncios o patrocinios, de ingresos.

“Nadie quiere más a los hijos que sus padres”, dice Davara, y seguramente esos padres que sobreexponen a los hijos desconocen el impacto que tal exposición puede llegar a tener en la vida de sus hijos: desde ser objeto de burlas en el colegio hasta que su imagen sea subida a un foro de pornografía.

Consciente del mundo actual, en el que la mayoría tiene móvil en el bolsillo y no duda en sacarlo para hacer una foto a la niña en el tobogán del parque o de merienda con los abuelos, la especialista en menores y redes sociales aconseja que si se publican imágenes se haga con cautelas: quitando logos y ubicación y, preferiblemente, evitando primeros planos del menor.

Consejos para hacer un buen uso de las tecnologías

Pese a todos los riesgos, Davara se posiciona a favor de las tecnologías, que "bien utilizadas tienen muchas ventajas y mal utilizadas o utilizadas por alguien sin la madurez ni la formación necesaria son peor que el demonio" y pueden causar muchísimo daño.

Además se posiciona en contra del uso de las pantallas por debajo de los dos años, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud, y que su consumo a partir de esa edad sea el mínimo y progresivo y, siempre, bajo la supervisión de un adulto, pues, según advierte, también en Youtube Kids se cuela contenido pornográfico.

La edad a la que darle un móvil a un menor podría ser, a su juicio, mínimo a los 14 años, que es cuando tienen edad legal para prestar consentimiento y pueden crearse cuentas en redes sociales, aunque opina que "más que la edad" el criterio debería ser la madurez del menor, la formación de los padres y la educación digital que se haya dado durante los años previos.

De todas formas, poner a disposición un móvil no debería ser nunca "barra libre", sino que hay que vigilar y limitar su uso, que no debe de acotarse al "control parental", una tecnología que, a su juicio, da "una falsa sensación de seguridad" a los padres.

Laura Davara ha participado recientemente en las jornadas 'Menores y nuevas tecnologías. Adicciones, pornosocialización, salud mental y conducta infractora', que han congregado durante dos días a un grupo de especialistas en esta temática en Santa Cruz de Tenerife.

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