Tras las fuertes tormentas vividas en Jerez durante más de una semana, la ciudad vive ahora asomada al río Guadalete, pendiente de un caudal que alcanzó en la mañana de este lunes la cota de los 4,79 metros, casi al límite con el nivel naranja, y que obligó a convocar una reunión con los alcaldes de las ELA y los delegados de barriadas rurales para coordinar las acciones que fuesen necesarias si el caudal seguía en aumento.
Afortunadamente, el cauce se estabilizó a partir de mediodía en los 4,79 metros y desde las seis de la tarde comenzó a bajar de forma muy leve hasta alcanzar los 4,76 a las once de la noche. En la mañana de este martes se encontraba en los 4,46, aunque a lo largo del día ha ido elevándose de nuevo levemente, hasta alcanzar esta tarde los 4,62, lejos aún de los 5 metros que marcan la alerta naranja.
“No estamos en situación de alerta, pero sí hay que estar alertados, que no tiene nada que ver un concepto con el otro; es decir, hay que ser precavidos”, exponía la alcaldesa, María José García-Pelayo, en torno a las dos de la tarde en una atención a medios para evaluar la situación.
El mensaje era sobre todo de “precaución”, por si la situación daba un giro inesperado con el paso de las horas, o por si entraban en juego otros factores, entre ellos, cómo estén descargados los tres arroyos que confluyen en el Guadalete e incluso del efecto de la pleamar y la bajamar.
Otro factor importante a tener en cuenta es el desembalse que se pueda producir desde algunos de los pantanos del cauce del Guadalete. En este sentido, Pelayo explicó que las decisiones se están tomando para “evitar inundaciones y garantizar la seguridad de las infraestructuras hidráulicas”, entendiendo que “hay que protegerlas porque si se rompe una presa puede ocurrir una desgracia que afecte a cultivos y vidas humanas”. A este respecto, apuntó que Alvaro Real, director general de Infraestructuras del Agua, presente en la reunión con los representantes de la zona rural, explicó que se está controlando el río al minuto, y cómo se toman las decisiones con los embalses, siempre con el objetivo de evitar inundaciones y garantizar las infraestructuras hidráulicas -donde también se han realizado obras de seguridad-, para que no haya una desgracia.
Caso de que con el paso de las horas, por las diferentes circunstancias sobrevenidas ya citadas, haya que activar la alerta naranja en el río, Jerez pasaría a nivel de emergencia 1 y la Junta de Andalucía sería la que tomaría el mando de la situación, tal y como pasó en octubre del pasado año durante la dana.
Si ese escenario llega a producirse de nuevo, el Ayuntamiento ha estado trabajando para, “de alguna manera, minimizar todos los efectos” que puedan derivarse de esta alerta, y se ha estado preparando todo el operativo por si hay que realizar algún desalojo. En este caso, están preparados el Polideportivo Vega-Veguita con Cruz Roja, que podría montar camas, además de la Casa de Cáritas en El Portal, y se ha hablado con Tele-Taxi para posibles traslados, así como a nivel de alimentación se ha acordado con Carrefour tal aportación.
Ante esta situación, los vecinos de las zonas afectadas por la crecida del río fueron advertidos para que pusieran en marcha medidas para proteger a los animales que tuviesen en sus fincas, para que “en el último momento no haya situaciones complicadas”, así como para aplicar medidas en las propias viviendas que puedan sufrir la entrada de agua.
En la noche de ayer, en todo caso, la situación era “más positiva” que la de la mañana. “¿Quiere eso decir que no vamos a llegar a cinco metros? Yo no lo sé”, exponía la alcaldesa. “¿De qué va a depender también? Pues de lo que siga lloviendo. Es complicado. ¿Nuestra obligación cuál es? Pues, sin ser alarmistas, ponernos también en el escenario más complejo, porque si no te pones en el más complejo y luego ocurre, puede ocurrir alguna desgracia”, recalcó. El objetivo cumplido de ayer era “que los vecinos fuesen conscientes de la situación en la que nos encontramos”, pero, de momento, queda seguir atentos al cielo y mirando al río.
No es “alarmismo”, es “obligación”
La alcaldesa, María José García-Pelayo, admitió ayer que "puede que el mensaje que estamos lanzando sea un tanto alarmista, pero nuestra obligación es que, con los datos que tenemos, los vecinos estén informados, y prepararnos también, alertar y compartir la información que tenemos para que se vayan tomando medidas”, aseveró antes de mantener reuniones con los representantes de los vecinos de las zonas que pueden verse afectadas por la crecida del río: La Greduela, El Portal, La Corta, La Ina, de manera indirecta, y Las Pachecas.
CARRETERAS AFECTADAS
La mayoría de los tramos clausurados a la circulación está en Jerez. Así, la vía que ha sufrido un mayor deterioro es la CA-4102, de Las Mesas (entre los puntos kilométricos 1,880 y 3,270). La reparación de la calzada se llevará a cabo mediante un procedimiento de emergencia, de manera que pueda estar solventada antes de la celebración del próximo gran premio de motociclismo.
Las cinco vías restantes que presentan incidencias y se encuentran cortadas en algunos de sus tramos son la CA-3104, de Guadalcacín-Las Mesas (entre p.k. 4 y 7,775); la CA-5101, de Arcos-Granadilla (entre p.k. 2 y 12,450); la CA-3110, de La Ina I (entre p.k. 8,500 y 13,800); la CA-6105, en Villamartín, por crecida del arroyo Alberite; y la CA-3113 (entre las intersecciones de El Portal y Lomopardo).
Por contra, las Brigadas de Diputación sí han podido restablecer el tráfico de la CA-4107, entre Torrecera y Paterna, tras descender el nivel del agua que anegaba la plataforma entre los kilómetros 3 y 5.
