El examen se complicó con las lesiones y los pocos efectivos en defensa. Fernando Torres y Piqué se retiraron con molestias.
Un gol a siete minutos del final de Alberto Aquilani, con la fortuna en un disparo que desvió Raúl Albiol, decantó para Italia un duelo con poco de amistoso entre los dos últimos campeones del mundo (2-1), en el que España no estuvo a la altura, lastrada en defensa, víctima de numerosas lesiones.
España no pudo salvar uno de esos días en los que tiene más que perder que ganar. Cuando el prestigio se pone en juego entre dos campeones mundiales. Ante una Italia que necesitaba una inyección de optimismo en su reconstrucción. Delante de su apasionada afición en Bari que vio en las cuerdas a la 'Roja', su reacción y una derrota con dignidad, condicionado por sus problemas defensivos.
Es el rival a batir España. El que marca tendencia. Motiva al máximo a sus rivales. Más aún en un duelo entre dos grandes selecciones. Lo había sufrido ante Portugal y Argentina. Dos goleadas que escocieron. Italia, que con Cesare Prandelli busca una nueva identidad, quería aprovechar un momento de descuido de España.
Dos futbolistas de la vieja escuela, Andrea Pirlo y Antonio Cassano, marcaron la pauta en pleno relevo generacional de la 'azzurra'. La alta intensidad con la que comenzaron el partido sorprendió a España. Asfixiada en la presión. Estudiada al detalle.
La locura se desató con Cassano en su ciudad natal. El chico malo de un barrio conflictivo de Bari lucía el brazalete de capitán ante los suyos. Era su día. El del jugador al que le pierde su mala cabeza, como definió Iker Casillas.
Con el control, jugando la pelota y buscando espacios, Italia desarboló a España. Encontró una autopista a la espalda de Iraola y se destapó el lateral Criscito. Un zurdazo potente lo estrelló en el palo y un preciso pase dejó solo a los once minutos a Montolivo ante Casillas. Con calidad picó el balón a la red.
España no encontraba el balón, le faltaba velocidad, intensidad y orden. Para colmo de males Fernando Torres sufría una conmoción cerebral y pedía el cambio. Tenía que aparecer Andrés Iniesta. Aplicar el estilo. Con los minutos lo intentó. A los 18 por fin intervino Buffon con un disparo centrado de Silva, el mejor español.
Las limitaciones defensivas marcaban a España. Si adelantaba líneas sufría. Solo había cinco defensas citados, fueron cuatro por lesión de Monreal. Obligó a Piqué a arriesgar. Llegaba con molestias musculares y aguantó 45 minutos. Apareció Casillas, salvador en un mano a mano ante Criscito.
Instantes después España encontraba un premio excesivo a sus méritos. Fernando Llorente fue empujado cuando iba a rematar un centro desde el costado izquierdo y el árbitro no lo dudó. El penalti lo transformó Xabi Alonso. Con su peor cara, la 'Roja' llegaba al descanso empatando, tras una nueva intervención de Casillas a disparo cruzado de Cassano.
El examen se complicó con las lesiones y los pocos efectivos en defensa. Del Bosque que medía esfuerzos para evitar enfados de Real Madrid y Barcelona, tuvo que ubicar a Busquets de lateral derecho por lesión de Iraola y Javi Martínez de central por Piqué. Experimentos con gaseosa en un grupo al que le faltaban Sergio Ramos, Carles Puyol y Joan Capdevila.
Mantuvieron el tipo como pudieron. Exigidos con los cambios ante la velocidad de Balotelli y Pazzini. Las numerosas sustituciones de un amistoso dejaron el debut de Thiago. La primera aparición en la absoluta de un futbolista que marcará una época. Por los nervios, un jugador que es pura fantasía, perdió más balones de lo que en él es habitual.
Salió Villa con su hambre de gol habitual. Lo intentó desde 30 metros al ver adelantado a Buffon y chutó siempre que pudo. Incrementó la sensación de peligro. Italia no había bajado los brazos. Cassano se despidió con un disparo que salvó Valdés.
La mejoría de España la pudo plasmar en el marcador pero Llorente falló lo que un delantero no puede perdonar. Silva inventó en pleno recital y tras dejarle solo, en el área chica, chutó en semifallo ante el único defensa italiano que defendía el arco.
Y si Casillas salvó a su selección en el primer acto, quien compitió con él por ser mejor portero del mundo unos años, Buffon, lo hizo en la recta final. Sacó en dos tiempos un disparo de Xabi Alonso y dejó una buena parada a una clara ocasión de Silva.
Valdés respondió ante una falta colocada de Pirlo pero nada pudo hacer cuando la fortuna se alió con Aquilani. Su disparo golpeó en Raúl Albiol y cambió su trayectoria. Era el triunfo de Italia. Una advertencia para España. Desde ahora, Del Bosque convocará más defensas.