En los años de la Transición se oía con cierta asiduidad en la calle la frase “la unión hace la fuerza”, y parece ser que en mi pueblo de la Tierra han decidido que todas las fuerzas políticas, más un grupo de ciudadanos, se unan para pedir que no se jueguen más a los soldados en su término municipal. Han sido mucho los inconvenientes que las practicas militares en el Campo de Tiro del Retín han ocasionado, se les acusa de los incendios producidos en los últimos años en vísperas del verano, a eso habría que unirles, los sonidos propios de tener a unos militares haciendo prácticas al lado de casa, vuelos rasantes, cortes de carretera, y queda ya algo lejos algún desgraciado percance por el abandono de piezas militares.
Es necesario que todos vayan de la mano para solicitar el desalojo de una zona que podría ser de un gran interés turístico en manos de una administración avispada, pero sin embargo a Barbate, sólo le llega el efecto contrario, el rechazo de sector turístico de los meses de Mayo o Junio.
La cuestión que me planteo, desde mi perspectiva en Nunca Jamás, es si esta unión y reclamación va perdurar lo mismo que duró la petición de construcción de hoteles en Trafalgar, o tal vez sólo nos acordaremos de pedir el Retín cuando haya un incendio, como viene ocurriendo con el Cine Avenida, el cual parece que sólo nos interese en Febrero al compás de los primeros sonidos de pitos de cañas. Otra cuestión es el Hospital Comarcal, donde sólo una formación política parece preocupada por que se termine y ni siquiera los grupos ciudadanos que tanto azotan a la clase política se movilizan cuando quien organizan estas reivindicaciones no son ellos; y esperemos que después de las últimas obras no tengamos que acordarnos estado de la depuradora en pleno verano, como en años anteriores.
También podríamos hablar de la pesca, los impuestos y alguna que otra cuestión que se me escapa de la memoria en estos momentos. Efectivamente, la unión ha hecho la fuerza, pero también la constancia y apartar el protagonismo partidista o personal para dar paso al hecho reclamado en sí. Valga de ejemplo la plataforma contra la instalación del Polvorín o la creada para evitar que se construyese el Parque Eólico Marítimo, dos plataformas que consiguieron su objetivo, y donde el único protagonista fue la pureza de nuestras aguas y tierras ante la acción de lo humanos.
Es el momento de oír en la calle las frases de “un pueblo unido, jamás será vencido o aquella otra frase extraída de la obra de Lope de Vega, “como Fuenteovejuna, todas a una”; pero que no se quede en flor de un día, si se quiere algo hay que persistir en esas solicitud hasta el final, sin mirar hacia los lados, para empezar a recelar sobre quien te acompaña o sobre quien va a salir en la foto de la portada del diario de turno. Es el momento de tirar adelante todos de la mano, pero sin mirar el reloj, y sí el objetivo final. Este pueblo no necesita limosnas sino tierras para poder desarrollarse por si mismo sólo falta apartar los prejuicios y mirar sólo hacia el futuro.