Vas caminando por la calle miras a tras de ti y ves a una supuesta mujer vestida con un largo traje negro, silenciosa, como si de una sombra se tratase. Lleva un burka, la yihad o un velo islámico. Consta de un vestido holgado de mangas largas, un velo que cubre el pelo, el rostro, el cuello y apenas dejan al descubierto los ojos. Nos llama la atención y a veces nos llega a producir hasta un cierto recelo a verlo.
Determinada vestimenta, distinguen a las mujeres que profesan la religión de Mahoma. Desde la cultura occidental lo vemos como un símbolo de represión. Sin embargo, ellos como un símbolo de castidad y pureza. En occidente desde mucho tiempo, las mujeres al igual que los hombres, se han cubierto la cabeza, pero no la cara. La manera de cubrirse ha llegado a marcar hasta la clase social económica a la que podrías pertenecer. Las mujeres occidentales se han cubierto el pelo con un pañuelo siempre pero con un origen higiénico y de salud. Al trabajar en el campo o al andar por los caminos de tierra el cabello se les llenaba de suciedad y de esta manera estaría salvaguardado, amén de servir como protección solar. El Gobierno Español, junto con otros países de la comunidad Europea, parece que se ha sumado a prohibición del burka en la Ley de Seguridad Ciudadana. El ministro de Justicia ha afirmado que en situaciones en las que un ciudadano o ciudadana tiene la obligación de identificarse, por seguridad, no deben existir impedimentos. “Cuando tal cosa ocurra, está claro que me da igual que sea el burka como un casco integral de moto, evidentemente no podrán estar autorizados por las autoridades", argumentó.
En Francia esta prohibición en lugares públicos lleva vigente desde 2011. La multa para las mujeres puede oscilar entre los 150 y los 700 euros o su equivalente en “trabajos públicos”. La sanción para quien “instigue” al uso del burka es de 30.000 euros y hasta un año de cárcel. En la sociedad moderna predomina la participación ciudadana en general. Desde mi punto de vista, esta vestimenta, Evita deliberadamente un género entero, por mucho respeto que se les pueda tener, que interactúe, se relacione e integre en la cultura social de occidente, pero claro el burka está diseñado para impedir la interacción fuera del hogar. El hecho de no ser reconocido como un individuo es deshumanizante y priva a las mujeres de su papel en la vida cívica. El burka está diseñado para impedir la interacción fuera del hogar. El hecho de no ser reconocido como un individuo es deshumanizante y priva a las mujeres de su papel en la vida cívica. Países en los que el burka es de amplio uso, tienen bajos índices de participación cívica femenina. En Arabia Saudí a las mujeres no se les permite votar. En algunas partes de Pakistán, a las mujeres no se les permite votar tampoco. En Afganistán las mujeres se desvían en hembras de los colegios electorales sólo se ven forzadas a la delegación de voto a través de un familiar varón.
Totalmente normal; imagínense un DNI con una foto y la cara cubierta, la misma persona podría votar por varias. El asunto de la prohibición del burka en occidente no hay que verlo como un problema, sino como una oportunidad; y como en el juego de jalar de la cuerda, puede ir de un lado o del otro, afectando siempre uno de los dos lados. Un país que cede ante el uso de la burka como cualquier prenda o como símbolo religioso da la oportunidad a que sucedan, de entre varias cosas, lo siguiente: Que los propios musulmanes pidan todavía otros permisos especiales para llevar su religión sin interrupción, porque de otra manera lo toman como OPRESIÓN! he aquí una lista que considero lo que podría suceder o ya sucede: Cierre de calles obligatorio los viernes, aunque sean avenidas principales. Prohibir que los restaurantes funcionen durante el ayuno en el ramadán, e imponer el ramadán a no musulmanes (se han dado casos en escuelas). Prohibir la difusión de la música y arte. Prohibida la venta de alcohol y carne de cerdo entre los no musulmanes. Prohibidas las fiestas de cualquier naturaleza, fiestas tradicionales, incluso cumpleaños. Prohibir que sea visto en las calles todo objeto religioso que no sea islámico. Los musulmanes parece que prohíbe lo que otros permiten y permite lo que otros prohíben y nosotros nos regimos por leyes actualizables en tiempo y lugar.