El asesinato del zar Nicolás II y su familia, tras la revolución rusa de 1917, marcó el punto y final al periodo de mayor expansión de Rusia. Ahora justamente se cumplen cien años de la caída de la monarquía en Rusia y la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo en Málaga nos invita a conocer los 300 años del reinado de la Dinastía Románov a través de su nueva exposición, con 247 obras, con retratos de monarcas, esculturas en pequeña escala que lucen en la Plaza Roja de Moscú, o mobiliario de la corte rusa como sillones o vajillas.
Desde la figura del zar conocido como ‘Iván el terrible’, que se esposó con una Románov iniciando la dinastía… al zar Miguel, las andanzas bélicas de Pedro I el Grande, los gustos poco habituales de la emperatriz Isabel I Petrovna, la promoción española de Catalina II o el asesinato de Alejandro II… hasta llegar al icónico retrato del último emperador ruso, que fue el decimoctavo de su dinastía.
Una muestra que se completa con otra exposición temporal dedicada a Kandinsky y su relación con Rusia, para conocer al artista más influyente del arte ruso en todas sus épocas y cómo las viejas tradiciones de su país natal, como los iconos, influyeron en la obra del genio abstracto. Una visión hasta ahora inédita del artista que aterriza en Málaga en una muestra cargada de emoción y espiritualidad, que nos deja por ejemplo piezas sobre cristal inspiradas en los cuentos, algunas de ellas fracturadas desde hace décadas.
Una propuesta que nos deja curiosidades como el cuadro más grande que hasta ahora ha albergado la colección en Tabacalera, ‘Escarnio del cadáver de Iván Miloslavsky, de 2,25 por 5,6’ centímetros o contemplar un cuadro pintado por la propia zarina, esposa de Alejandro III, que retrató al cochero del zar.