Recién anunciada la inminente apertura del Refugio Antiaéreo del Antiguo Hospital de San Juan de Dios, sito bajo el actual Albergue Juvenil, con el proyecto “Jaén Genuino. El pasado sí tiene futuro”, de Viva Jaén, así como su también inminente puesta en valor como nuevo espacio turístico-cultural, algo largamente reivindicado por diversos sectores de la sociedad giennense, me apetece hacer memoria.
La primera noticia de este refugio antiaéreo llegó a un servidor de la mano de Mercedes Navarro Pérez, arqueóloga y amiga, que nos narró en su momento el fortuito hallazgo mientras realizaban la excavación arqueológica previa a la construcción del Albergue Juvenil. De hecho ella, junto a algunos obreros, fueron los primeros en entrar en aquel espacio, dónde ante la falta de oxígeno casi no consiguen alcanzar la salida.
El refugio contaba con la singularidad de estar diseñado con un quirófano y una “zona limpia”, en la que se podía guardar el material médico-quirúrgico que fuera necesario. Un espacio con varios pasillos y tres salidas. Dos de los accesos estaban en el mismo solar del Albergue Juvenil y otro debía estar al final de un pasillo muy largo que se dirige a la calle Millán de Priego pero que, tras la obra de alguno de los edificios de esa vía, quedó cegado antes de su descubrimiento por los arqueólogos. Por cierto, el quirófano estaba vacío, sin ningún tipo de material, al igual que el resto del refugio.
El refugio quedó “accesible” en aquel solar sin vallar, por lo que con un gran foco prestado por el Instituto Andaluz de la Juventud, lo mostramos a muchas personas desde IUVENTA, creo que a centenares. Hay que añadir que el Instituto de la Juventud no sabía en qué empleábamos su magnífico foco y que, además, no tenía conocimiento de que estábamos mostrando el refugio a la gente. Posiblemente no nos hubieran dejado, como así sucedió cuando se solicitó de forma oficial desde el entonces recién constituido Foro Social de Jaén, con el objetivo de recordar el Bombardeo de Jaén hace ya… ni sé cuantos años. Me viene a la memoria en este momento Berna, compañero de Ecologistas en Acción que, también linterna en mano, mostró el refugio a unos cuantos. En definitiva, entre unos y otros el refugio se dio a conocer y esa fue su salvación. Porque debe quedar constancia de que si el refugio, a día de hoy, permanece, es gracias única y exclusivamente a la voluntad política de la Junta de Andalucía que decidió conservarlo. Aquí no hay más merito que el político, le duela a quien le duela, y el de un puñado de voluntarios que concienciaron sobre su existencia y valores.