El orfebre jerezano Antonio García Falla ha empezado ya a trabajar en la nueva corona de Santa María de la Paz, una pieza que tratará de hacer olvidar a la histórica del siglo XVIII que se perdió en el robo del que fue víctima la Hermandad de la Cena el pasado mes de febrero. En estos últimos meses, Toni Falla ha elaborado distintos bocetos y pruebas con el objetivo de satisfacer el deseo de la cofradía. Una vez con el visto bueno de la junta de gobierno ha comenzado a trabajar en la elaboración de la pieza con idea de que esté finalizada a finales del mes de enero.
Aunque en principio se barajó la posibilidad de reproducir la antigua corona, finalmente se ha optado por un nuevo diseño que recuerde a la pieza desaparecida. “Conocía esa corona porque la restauré hace unos años. Es una corona con un valor histórico muy importante, pero no tanto desde el punto de vista material y artístico, porque tenía carencias, así que no planteé hacer una copia, sino hacer una corona que recordase un poco a la anterior, tanto en volúmenes como forma”, explica Toni Falla, que recuerda incluso que la pieza del siglo XVIII “venía un poquito grande” a la propia imagen.
Se trata por tanto de hacer una corona “que recuerde a la anterior, para no perder la estética de la imagen”, pero dándole una nueva impronta. “La antigua tenía una anchura bastante extensa de las ráfagas, con rayos largos y bajita. Hicimos un primer boceto y fuimos recortando hasta llegar a la medida, después de probarle una maqueta a la imagen”, recuerda.
La nueva corona incorpora elementos que la anterior no tenía. “Se incorporan imperiales entroncados, para darle un poco de más gracia. Otra cosa muy significativa es el toisón, que recuerda al escudo de la hermandad y que entra y sale por cada hojarasca de la ráfaga. También lleva unas espigas para evocar el carácter sacramental de la cofradía”, detalla.
A diferencia de la original, que había sido realizada en bronce, la nueva corona se está ejecutando en plata de ley sobredorada.
La Hermandad de la Cena también ha confiado a este orfebre jerezano la ejecución de un juego de potencias y un cáliz para el Señor, con idea igualmente de reponer algunas de las piezas de su ajuar que fueron sustraídas.
“En el caso de las potencias se trata de reproducir un juego que había hecho yo mismo y gustaron bastante, así que me han encargado que lo repita. En cuanto al cáliz tengo cuatro borradores pero aún no está cerrado el boceto definitivo”, concluye.
Se acumula el trabajo
El taller de Toni Falla trabaja para dar salida a otros muchos proyectos encargados por cofradías de la ciudad, del resto de la provincia e incluso de Sevilla. “La verdad es que la cosa parece que va en auge, que se va levantando un poco la economía y las hermandades están apostando por renovar y restaurar su patrimonio. Este año hay bastante trabajo”, asegura.
Entre otras cosas, el taller se ha hecho cargo de la restauración de la cruz de guía de la Hermandad del Desconsuelo, así como de una pareja de faroles y de la reproducción de otras dos piezas. Igualmente trabaja en la ejecución de la peana y la candelería del paso de palio de María Santísima del Refugio, de la Hermandad de la Paz de Fátima. En lo que se refiere a Jerez, Toni Falla también está renovando las galletas de las varas de la Hermandad del Soberano Poder, corporación que también le ha encargado unas bocinas.
Por último, y entre otras muchas piezas, el taller está ejecutando una peana de diario para la Virgen de Gracia y Amparo, de la sevillana Hermandad de los Javieres.