Seis minutos sirven para cambiar una nota y aprobar a un alumno con un padrino o madrina (imaginemos a Esperanza Aguirre con varita mágica colgada en el aire). Sin que el alumno haya ido a clase, ni presentado los trabajos, ni hecho el examen. Es posible que quien le examinara se negara a saltarse sus principios y hablara de presiones, pero terminó reparando que en esa lucha estaba sola y terminó hundiéndose en la ciénaga que pensó que jamás pisaría a cambio de conservar los garbanzos en el plato. El mismo alumno que no consiguió ningún título en cinco años, sacó el setenta por ciento de la carrera en dos, en la nueva universidad tutelada. En seis minutos contactas telefónicamente con la persona que te va a hacer un trabajo de investigación que te hará subir en la bolsa del SAS, hasta veinte puntos se pueden conseguir de esta manera, cuando la prueba oposición sólo supone uno. En ese intervalo nuestra presidenta Susana Díaz propone devolver a los menores inmigrantes para ahorrar, aunque los tribunales le tumben los recursos. En ese mismo espacio temporal dispone que se paguen más de 56.000 euros al mes para el alquiler de pisos de altos cargos de su gobierno.
El presidente francés Macron puede cruzar la calle y encontrarle un empleo a un parado, eso le manifestó a uno ayer. Este superpoder creen tenerlo mucha gente de derechas, lástima que vayan siempre en coche y tan pocas veces andando.
En seis minutos la RAE se expresa por Twitter para decir que los cambios lingüísticos y gramaticales no se producen por imposición de un colectivo de hablantes (se está refiriendo a la mitad de la población) y vuelve a reivindicar el masculino gramatical inclusivo, en respuesta a la ministra Calvo que pretende revisar el lenguaje de la Constitución. En ese mismo tiempo, un turista inglés hace “balconing” en un hotel balear. No necesita másel cónsul inglés en Barcelona,para razonar y expresar que sus compatriotas realizan estas prácticas porque no están acostumbrados a tener balcones (sic).
En seis minutos en una consulta médica sólo dices buenos días, porque en esos preciosos minutos que te correspondían se han intercalado varias urgencias con las que tienes que compartirlos.Queda fuera la opción de explicar por qué acudes a la consulta, la de que el médico te examine y la reflexión sobre el tratamiento. Terminemos los seis minutos de este artículo apuntando que en Málaga los médicos están de huelga para conseguir diez.