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Miércoles 27/11/2024
 
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La polémica venta del Xerez a la afición

Consejo editorial (opinión)

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  • Morales se equivoca en lanzar un reto que sabe que tiene una difícil solución
El órdago de Joaquín Morales a la afición para que le compre el Xerez por tres millones de euros es, posiblemente, un error. Y no por la idea en sí misma, que es no sólo correcta, sino algo que se ha venido defendiendo desde hace mucho tiempo desde este mismo espacio, ya que si los aficionados quieren decidir sobre el el futuro del club deben dar un paso para tener peso económico en el mismo. Es un error porque no están los ánimos como para que el consejero delegado quiera callar las bocas de los diez mil aficionados que han firmado contra su gestión lanzando un reto que él sabe que es más que complicado que se pueda hacer. Morales debería haber aceptado la crítica, asumir dónde se puede estar equivocando y abrir, si quiere realmente, la venta del club, pero como una alternativa, como una posibilidad, no como ese órdago que se ha interpretado, que tiene más de o lo tomas o lo dejas. Y a una afición, con sus aciertos y sus errores, nunca se le debe intentar dejar de lado, porque a un club lo mantiene activo el dinero, pero vivo sólo lo mantiene la afición. Sin embargo, pese a este error, una parte de esa misma afición parece dispuesta a dar el paso de intentar asumir el reto de adquirir el Xerez y ya ha comenzado a moverse y a reunirse con profesionales para ver qué camino debe tomar. Es un gesto de responsabilidad --quizás la que siempre le ha faltado a Joaquín Morales--, pero cabe imaginar que es eso simplemente: un gesto. Y lo es porque si el único problema para vender el club hubiese sido el pago de esos tres millones de euros, posiblemente alguno de los que han aspirado a quedarse con él se lo hubiera quedado. Y ahí está el caso de Francisco Garrido, que dio dos millones para salvarlo de la quiebra pero al final no lo compró. Si el club sigue sin poder cambiar de manos es que hay muchas cosas ocultas detrás de él que son las que frenan las intenciones, más o menos claras, de quienes han querido coger sus riendas. Por eso, el problema de la afición no es sólo conseguir ese dinero, algo ya de por sí bastante complicado, sino lograr formalizar la compra. Pero Morales se ha comprometido y debe actuar en consecuencia, firmado la opción y dando todas las cuentas del club, que a la postre es lo que siempre ha querido conocer la afición.

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