El próximo jueves se abordará en el Pleno del Ayuntamiento la nueva ordenanza de protección contra la contaminación acústica, que sustituirá a la de 2008, y que modificará 40 artículos, 5 anexos y una disposición transitoria del texto en vigor actualmente.
El texto recoge importantes novedades para intentar luchar contra la contaminación acústica, como la prohibición de que las personas que acudan a la playa pongan música con un volumen elevado.
Otra de las novedades es una modificación en el artículo 60 que pide una distancia de 30 metros entre locales sujetos a la normativa de espectáculos públicos como medida preventiva para evitar la acumulación de espacios de características parecidas en zonas de la ciudad que puedan estar potencialmente saturadas.
También se han introducido modificaciones en materia de toques de campana y relojes, a las que se dedica un capítulo y un anexo, y que han sido abordadas con el Arzobispado de Valencia, según informa el consistorio.
Además de regular el ruido en la vía pública, la nueva ordenanza afectará también al interior de las viviendas. La Policía podrá castigar con multas de entre 60 y 600 euros a las personas que ocasionen molestias vecinales, con ruidos o vibraciones por encima de los límites que exige la convvencia urbana. En caso de que las quejas sean reiteradas, las sanciones podrían oscilar entre los 601 y los 6.000 euros.