El
Vélez CF ha salvado los muebles. En una jornada final de infarto y con unos últimos minutos de campeonato llenos de tensión, finalmente el equipo veleño consigue mantenerse en la categoría, en Segunda RFEF.
La victoria en el campo del Utrera, el colista, por 2-4 ha sido decisiva para conseguir el objetivo ya que casi ninguno de sus rivales ha fallado, pero su puntaje le ha valido para tener que evitar el play-out por la permanencia a ser
el mejor de los cinco grupos que han acabado en la posición decimotercera.
El triunfo del equipo de
Magnus Pehrsson era innegociable para intentar salvar la compleja situación en la que se había metido el equipo blanquillo con un segundo tramo de temporada para olvidar. Y llegó. Sin demasiado misterio ni complejidad. Acompañados por una nutrida representación de la afición blanquilla,
el Vélez ganó e hizo los deberes a la espera de noticias de otros campos.
Zamorano adelantó a los veleños en el 15’. Y
Yael puso el 0-2 en el 38’ para irse al descanso en ventaja.
Luismi puso el 0-3 en el 53’. Recortó el local
Valverde (67’) y metió cierto miedo con el 2-3 el mismo goleador en el 82’. Pero
Luismi cerró cualquier duda para poner el 2-4 en el 83’.
El Vélez, entonces, estaba salvado, fuera del play out. Pero el resto de sus rivales estaba haciendo los deberes, ganando sus partidos. Salvo el
Cádiz Mirandilla, que estaba empatando en El Maulí de Antequera, ante el campeón ya casi de vacaciones. Sin embargo, un gol de Nico Junior en el 87’ por par del filial casita dejaba al Vélez en la misma posición que arrancó la jornada. La diferencia tenía que llegar lejos del
Grupo IV de la Segunda RFEF, ya que el triunfo le valía a los blanquillos para ser el mejor de los cinco equipos que han acabado en puesto de play-out con 44 puntos.
Una permanencia que celebraron sobre el césped del conjunto utrerano, pendientes de otros resultados. Un abrazo de alivio entre jugadores, directivos y afición. Una clausura de temporada que debe ser también
un aviso para el próximo curso.