Si aún nuestro amable visitante tuviera el privilegio de pasar entre nosotros una temporada de bastante más extensión que la habitual quincena vacacional, descubriría otras singularidades que ennoblecen a Torremolinos, particularmente en lo relativo a lo cultural y artístico: bibliotecas, centros didácticos de las más diversas especialidades, exposiciones de arte, teatro, zarzuela, ópera, conciertos de música clásica… Algunas de cuyas elevadas actividades no pueden permitirse la mayoría de las grandes ciudades. Este sensacional descubrimiento, junto a la facilidad de disfrutar de todo tipo de deportes, sol, playa, campo, amenos parques y lugares de diversión, además de las aguas naturales más puras y el hecho de tener al alcance de la mano todo lo necesario para vivir sin necesidad de salir del municipio, ha hecho que tantísimas personas que antes solo nos visitaban hayan escogido como su perpetuo lugar de residencia este paradisíaco término que es Torremolinos. "De Torremolinos al cielo" es la frase que aquí, más que en cualquier otro sitio, cobra su más realista sentido.
El emblema de Torremolinos lo conforman la Torre, los molinos, el sol y el mar. Pero en Torremolinos se han hecho emblemáticas también las plazas. Carne y sustancia del pueblo, estén arboladas o no, nuestras plazas son auténticos oasis de sosiego para nuestros mayores y también de bullicio en los feriados días. Ellas protagonizan la suprema alegría del pueblo. Se engalanan cual novias durante las fiestas patronales y en otras festivas ocasiones y dan su profundo y sincero sí al corazón del pueblo. En ellas palpita el regocijo desbordante de las veladillas veraniegas, los pequeños conciertos musicales, las mil y una exposiciones culturales y artesanales, la sublimidad de los más populares y tradicionales acontecimientos religiosos, las cosmopolitas y variopintas manifestaciones culturales y folklóricas de las diversas etnias residentes en el municipio, las degustaciones de pescaítos, paellas, migas, callos y otros típicos manjares que en tantas ocasiones comparte el concejo con autóctonos y foráneos… Las plazas de Torremolinos son genuinos, placenteros y cómodos salones de estar al aire libre.
Son muchas nuestras plazas: Independencia, Costa del Sol, Andalucía, Río Mesa, La Nogalera, Unión Europea, Stockport o 'Los Caballitos', El Remo, Comunidades Autónomas, Blas Infante… Una nueva plaza se ha incorporado a ellas en estos días, la bautizada merecidamente como Plaza de Pablo Ruiz Picasso, frente a la Iglesia Madre del Buen Consejo. Sencilla, luminosa, alegre, bellísima y espaciosa, la Plaza de Pablo Ruiz Picasso rinde homenaje al insigne malagueño universal que elevó los pinceles de España hasta el mismo lienzo de los cielos y en él plasmó la inmortalidad de nuestro arte. Una original estatua rasante del insigne maestro, bello monumento a tamaño natural y acertado trabajo en bronce del gran artista Salvador García Rodríguez, pone enfático tilde a la nueva plaza que, en su misma primera semana de existencia, ya ha sido protagonista del fervor popular de las cruces de mayo. Gran originalidad rezuman igualmente los bancos de granito, de innegable inspiración cubista, distribuidos estratégicamente por el hospitalario recinto, a cuyo frescor y embellecimiento contribuyen unos tiernos arbolitos. Interesante proyecto de futuro para esta Plaza es la no muy lejana edificación del Museo de Arte de Torremolinos.
Inspirada también en nuestro genial Picasso es la monumental escultura de siete metros, obra espectacular de Salvador García, levantada en la Plaza de las Comunidades Autónomas, en el Paseo Marítimo del Bajondillo. Conocida la colosal estatuaria como 'Monumento a las Playas', la correspondiente leyenda explicativa grabada en un monolito al pie, reza textualmente: "Homenaje a Picasso. Mujeres corriendo por la playa (1922), por Salvador García. Monumento a nuestras playas que, junto con nuestro sol, posibilitaron el nacimiento y consolidación de Torremolinos como municipio turístico y continúan siendo nuestros principales atractivos".
Sí, las Plazas de Torremolinos no solamente son lugares de esparcimiento. Son también auténticos museos de arte al aire libre.