Las cosas del querer y ciertas dosis de casualidad hicieron que mi ahijada, mi padre y mi hermana nacieran un 16, un 18 y un 19 de octubre, un motivo más que suficiente para realizar una escapada a Madrid, ciudad en la que residen, este fin de semana. Nada nuevo bajo el sol. Como otros años. Pienso: no parece aconsejable meterse cinco horas al volante el sábado y otras tantas el domingo; así que apuesto por el transporte público, como en ocasiones pretéritas. El AVE, muy cómodo, cerca de casa y te deja en el centro de Madrid. Pillé el billete con tiempo. Hace dos semanas. 161 euros ida y vuelta. Qué pasada. Echo un vistazo esta mañana a la página web de Renfe y si los hubiera comprado hoy habrían sido 169,01. Hablo del billete básico, ése que no permite cambios, no puedes elegir asiento, el dinero no es reembolsable y por el que solo te dan unos auriculares si tienes buenos reflejos y consigues detener a la ágil persona que los reparte. No les cuento lo que costaría si me decidiera por la opción elige o premium. Vuelvo a pensar, algo inusual en mí: ¿qué familia se puede permitir el lujo de viajar en AVE a Madrid desde Sevilla? Haberlas haylas, está claro porque los trenes se llenan, pero con esas tarifas hay una buena parte de la sociedad que no puede viajar sobre raíles con premium o sin premium.
No sé cuánto se ha incrementado el precio durante el último año, pero si me permiten un chiste fácil, lo ha hecho tanto como la velocidad en su itinerario. Ahora bien, la llegada de la competencia a Renfe en Andalucía es inversamente proporcional a la rapidez del AVE. Está previsto que en los primeros meses de 2023 veamos unos trenes rojos, llamados Yrios, por las vías andaluzas. El competidor privado de Renfe ya anuncia precios más baratos. Veremos si esa competencia redunda en beneficio del usuario. El sentido común dice que sí.
Ahora, todo cuesta una pasta. Como el teletrabajo, la inflación ha venido para quedarse, según los estudios macroeconómicos de los respetados y petulantes organismos internacionales. Los microeconómicos, basados en mi experiencia personal, dicen que algún jeta está aprovechando la coyuntura para mejorar beneficios porque el incremento del IPC se ha detenido o al menos estabilizado y el aumento de los importes, no solo del AVE también de la cesta de la compra, no para. Pienso.