Del 9 al 11 de junio se celebrará en Roma el Encuentro Internacional de Sacerdotes, con motivo de la clausura del Año Sacerdotal, oportunidad, según Hummes, para expresar a Benedicto XVI la solidaridad de los 400.000 sacerdotes con que cuenta la Iglesia Católica en todo el mundo.
Hummes, en una carta enviada a todos los curas, les exhorta a “ofrecer a nuestro amado papa Benedicto XVI nuestra solidaridad, nuestro apoyo, nuestra confianza y nuestra unidad incondicional ante los frecuentes ataques que está sufriendo actualmente, por sus decisiones sobre los clérigos implicados en los delitos de abusos sexuales a menores”.
El purpurado brasileño señaló en su misiva que las acusaciones contra el Papa “son evidentemente injustas y se ha demostrado que nadie ha hecho tanto como Benedicto XVI por condenar y combatir correctamente esos delitos”. Según el cardenal, la presencia masiva de sacerdotes será la “fuerte señal de nuestro decisivo rechazo de los injustos ataques de los que es víctima”. “Venid a apoyar públicamente al Santo Padre”, les pidió Hummes.
El ministro del Vaticano para el Clero reconoció que “es verdad” que algunos sacerdotes, “pero proporcionalmente muy pocos”, han cometido “gravísimos delitos” de abusos sexuales contra menores, “hechos que tenemos que rechazar y condenar de la manera más absoluta e intransigente”.
Hummes agregó que esos sacerdotes deben responder “ante Dios y los tribunales civiles” y señaló que la Iglesia está decidida “a no esconder o minimizar estos delitos”.
“Pero sobretodo estamos de parte de las víctimas, a las que queremos apoyar en la recuperación y en sus derechos mancillados”, subrayó Hummes, que agregó que los delitos cometidos “por algunos” no pueden ser usados “para enfangar a todo el cuerpo eclesiástico de los presbíteros”.
Por otro lado, el papa Benedicto XVI dijo ayer que los cristianos, “ante las críticas del mundo que hablan de nuestros pecados”, consideran que es necesario “hacer penitencia, reconocer lo que está equivocado en nuestra vida”.
Benedicto XVI, que hoy cumple 83 años, afirmó que la penitencia es una gracia, por la que el fiel reconoce los pecados, “necesaria para renovarnos, cambiarnos y transformar nuestro ser”.
Los cristianos en los últimos tiempos “hemos evitado muchas veces la palabra penitencia, que nos parecía demasiado dura”, denunció el Obispo de Roma.
“Ahora, bajo las criticas del mundo que nos hablan de nuestros pecados, vemos que la penitencia es una gracia y vemos como es necesario hacer penitencia, reconocer todo lo que está equivocado en nuestra vida. Abrirse al perdón y prepararse para el perdón, dejarse transformar”, dijo.
En la homilía, el Pontífice dijo también que la obediencia a Dios es lo primero y que las dictaduras siempre se han opuesto a esa obediencia. “Las dictaduras nazi, como la marxista, no pueden aceptar un Dios por encima del poder ideológico y la libertad de los mártires que reconocen a Dios”, subrayó el Papa.
Además, el cardenal portugués José Saraiva, prefecto emérito de la congregación para las Causa de los Santos, consideró ayer como “una maquinación mediática” las continuas denuncias de casos de curas pederastas.
Saraiva explicó que esta campaña se debe “a la posición de la iglesia contra los matrimonios de homosexuales, la lucha contra la eutanasia y la defensa del derecho a la vida”, que el purpurado considera “valores fundamentales de la familia”.