Blanco, que acudió a la Comisión de Fomento del Congreso, indicó que se "van a priorizar" aquellas estructuras que sean necesarias, porque, dijo, antes de "construir más, debemos ser capaces de sacar mejor rendimiento a las que tenemos".
Además de los retrasos, el ministro dijo que se van a ajustar las obras públicas y que habrá casos en los que sea preciso reprogramar las inversiones, de forma que se llegue a "posponer, suspender e incluso anular" algunos de los contratos en ejecución.
Aunque se van a priorizar las obras en ferrocarriles, en las tres formas de alta velocidad, línea convencional y mercancías, "se tendrá en cuenta la colaboración público-privada para llevarlas adelante, lo mismo que las carreteras".
"Nos encontramos en un momento en el que debe prevalecer la racionalidad y la austeridad", dijo Blanco.
España ha invertido durante los últimos diez años en las infraestructuras lo que otros países tendrían que hacer en veinte, pero este ritmo es más ambicioso del que ahora podemos asumir.
Por tanto, "vamos a revisar el PEIT, porque ni el enfoque ni las expectativas son las mismas".
Explicó que se priorizarán aquellas infraestructuras que sean estrictamente necesarias para la economía y la cohesión territorial de España.
"De esta forma, utilizaremos al máximo la capacidad de las infraestructuras ya existentes y desarrollaremos aquellas que sean vitales para el desarrollo de cada comunidad, ya que de nada sirve construir una línea ferroviaria por la que no pasa ningún tren de mercancías ni de pasajeros", agregó.
El nivel de inversiones que ha tenido España hasta ahora ya no se puede mantener, insistió Blanco, según quien "habrá un cambio de expectativas y ya nada será como antes".
En épocas de bonanza, España ha sabido avanzar hacia un transporte más moderno de Europa, pero "ya no contamos con el mismo nivel de recursos", por lo que Fomento va a reprogramar la mayoría de las infraestructuras, prescindiendo de las que no son imprescindibles.
Para ello, "tendremos que colaborar con el sector privado para canalizar más recursos", cambiando del modelo utilizado hasta ahora en el que las infraestructuras se financiaban por el conjunto de ciudadanos, sean o no sus usuarios.
El plan de ajuste apuesta por la sostenibilidad del transporte y la mayor parte se destinará al ferrocarril, y el resto, a carreteras, y los contratos se empezarán a licitar a partir de este verano.