En concreto, se trata de la residencia de las Hermanas de los Ancianos Desamparados de la Residencia de San José, de Algeciras; la residencia de ancianos San Ramón, de Los Barrios; las Misioneras de la Doctrina Cristiana y el Hogar Marillac, de La Línea; y la residencia de las Religiosas Misioneras de la Inmaculada Concepción del asilo de San José, en Tarifa. En total, se trata de tres residencias de ancianos, un centro de ayuda social destinada fundamentalmente a los más pobres y una casa de acogida de enfermos del Sida.
En el caso de Algeciras, la ayuda ha ido destinado al asilo de San José, una institución centenaria cuya labor social es de sobra conocida en el municipio. El asilo se fundó el 19 de marzo de 1896, el día de San José, a las 10.00 horas. Tras una primera ubicación en el antiguo convento de la calle Alfonso XI (que le da nombre), pasó a la avenida de Blas Infante, hasta su actual emplazamiento, frente al hospital Punta Europa.
De titularidad privada sin ánimo de lucro, dispone de un total de 154 plazas para mayores de 60 años y entre sus recursos se encuentran la ayuda técnica; baño geriátrico; biblioteca; capilla; detector de movimientos; enfermería; jardín; sala de estar; sala de visitas; sala polivalente; atención religiosa; ATS/DUE propio; diarios y revistas; excursiones; fiestas o baile; fisioterapia; masaje terapéutico; peluquería; podología; servicio médico propio; servicio psicológico propio y voluntariado.
De las mismas características es la residencia de ancianos San Ramón, de Los Barrios. De titularidad privada, y gestionado por la Comunidad Religiosas del Rebaño de María, dispone de un total de 32 plazas, todas ellas dobles, y asiste a aquellas personas que representen un caso urgente, según un informe social. Entre sus recursos se encuentran baño geriátrico; biblioteca; capilla; enfermería; gimnasio; jardín; sala estar; sala de visitas; sala polivalente; atención religiosa; ATS/DUE propio; diarios y revistas; estimulación cognitiva; excursiones; fisioterapia; masaje terapéutico; servicio psicológico propio; terapia ocupacional y voluntariado.
Igualmente, la residencia de ancianos San José de Tarifa, asiste a ancianos de más de 65 años, preferentemente de la localidad, en un total de 17 plazas subvencionadas por la Diputación. Entre sus prestaciones se encuentran diarios y revistas, excursiones, fiestas, atención religiosa, capilla, ATS/DUE propio, baño geriátrico, enfermería, aire acondicionado en zona común, ascensor, ayudas técnicas, gimnasio, recepción, biblioteca, jardín, patio, sala de estar, sala de lectura, sala de televisión, sala de visitas, sala polivalente, terraza, centro de día, estimulación cognitiva, fisioterapia, terapia ocupacional, dieta personalizada, servicio psicológico propio, servicio médico propio, arreglo de ropa, servicio de lavandería, servicio de transporte, vehículo adaptado, peluquería, podología y servicios de instalaciones generales, programas y actividades, servicios personales y servicios sociosanitarios.
Hogar Marillac
El Hogar Marillac de La Línea, regentado por la congregación religiosa de las Hermanas de la Caridad, lleva desde 1992 atendiendo a enfermos de sida, una labor pionera que le ha ganado el reconocimiento de instituciones como la Junta de Andalucía. Situado en El Zabal tiene capacidad para 15 usuarios.
Junto a la labor asistencial de la casa de acogida, han conseguido que la Junta de Andalucía les ceda un piso tutelado en Algeciras, donde cuatro enfermos que desarrollan mejoría en su enfermedad y necesidad asistencial realizan una vida más independiente. El perfil de los usuarios del Hogar Marillac es el de un hombre de entre 40 y 50 años, sin recursos económicos, procedente de una familia desestructurada y politoxicómano.
Finalmente, las Misioneras de la Doctrina Cristiana de La Línea son una congregación religiosa que desarrolla una labor educativa en los colegios u otros organismos docentes; una labor social con los pobres en las barriadas; una labor pastoral en la parroquia; y una labor misionera.
Los cinco centros asistenciales llevan años de tradición en el Campo de Gibraltar, con programas dedicados específicamente a las personas necesitadas, tales como ancianos, enfermos y pobres. La ayuda de Diputación renueva una tradición anual con la que se trata de impulsar la capacidad solidaria de estas organizaciones con motivo de la llegada de la Navidad.