A última hora de hoy, domingo, Seiji Maehara, de 48 años, anunció su renuncia tras admitir que recibió una donación de una surcoreana que reside desde hace años en Japón, cuando las leyes japonesas prohíben contribuciones de extranjeros para evitar que influyan en la política local.
Maehara, conocido por sus reticencias hacia China y cercanía a EEUU, estaba considerado como uno de los pesos pesados de la política nipona y era visto como un posible sustituto de Kan, cuya posición es muy frágil tras solo nueve meses al frente del Gobierno.
Según explicó a los periodistas, su renuncia pretende facilitar la aprobación de los proyectos presupuestarios en la Dieta (Parlamento) y evitar problemas a la política exterior de Japón.
Nada más conocer esa decisión, los partidos de oposición reclamaron la dimisión del primer ministro, también presidente del Partido Democrático (PD), y le exigieron que convoque elecciones generales anticipadas.
El PD tiene mayoría absoluta en la Cámara Baja desde los comicios del 30 de agosto de 2009 pero el Senado está dominado desde este verano por la oposición, que puede así retrasar la aprobación de leyes fundamentales como los presupuestos.
Naoto Kan, de 68 años, es el quinto primer ministro de Japón en apenas cinco años y el segundo desde que llegara al poder el Partido Democrático.
Kan fue elegido el 8 de junio de 2010 tras la renuncia de Yukio Hatoyama, ganador de unos comicios que pusieron fin a más de medio siglo de dominio del Partido Liberal Demócrata (PLD) en la política japonesa.
Kan llegó al poder con la promesa de revitalizar la economía japonesa, reformar la seguridad social de un país cada vez más envejecido y hacer frente a la ingente deuda pública, que duplica el PIB, mediante un férreo control del gasto público.
Pero su corto mandato ha sido un vía crucis y cada día que pasa tiene menos apoyos, dentro y fuera de su partido.
A una oposición cada vez más beligerante, que en meses pasados ya logró la salida de varios ministros importantes del Gobierno de Kan, se suma un apoyo público en niveles mínimos, de apenas el 22 por ciento según la última encuesta.
Además, su enfrentamiento con la facción del partido liderada por el expresidente del PD Ichiro Ozawa, conocido como "Shogun en la sombra" y recientemente procesado por un escándalo de financiación ilegal, provocó la deserción de 16 de sus diputados en la Cámara.
La dimisión de Seiji Maehara es la primera de un ministro de Kan desde que remodelara su Gobierno en enero pasado.
Al filo de la medianoche en Japón su sucesor no había sido aún designado y el ministro portavoz, Yukio Edano, aseguraba a los periodistas que la renuncia de Maehara no afectará a la política exterior nipona.
Desde que fuera nombrado en septiembre de 2010, Maehara ha dirigido una política exterior marcada por disputas territoriales con Rusia y China, a cuyos dirigentes llegó a tildar de "histéricos" en unas declaraciones muy mal recibidas en Pekín.
Esta noche, al comunicar su decisión de renunciar, el hasta ahora ministro de Exteriores pidió perdón a los japoneses por crear "desconfianza en la política" a causa de un escándalo de fondos.
La Ley de Control de Fondos Políticos de Japón impide donaciones de individuos o empresas extranjeras a representantes nipones para impedir que puedan influir en la política local.
Maehara ha admitido una mínima donación de 50.000 yenes (435 euros) de una coreana que reside desde hace años en Kioto (Japón) y a la que conoce desde la infancia, si bien asegura que no tuvo constancia de haberla recibido.
Seiji Maehara era ministro de Exteriores desde septiembre de 2010 y con anterioridad estuvo al frente de la cartera de Transporte con el Gobierno del Partido Democrático.