Las principales razones de las élites económicas chinas para ir a vivir al extranjero son la contaminación atmosférica y el deficiente sistema educativo chino para los hijos, añadió la agencia.
El llamado "emigrante de inversión" chino debe depositar en los bancos del país de destino cantidades que varían de los 500.000 dólares en EEUU hasta los 1,2 millones de dólares en Singapur o los 850.000 dólares en Australia, un dinero que recuperará al cabo de cierto tiempo según la regulación del país.
"Se trata de la tercera fase de una emigración iniciada en los ochenta con el envío por el Gobierno de estudiantes, seguida de la agrupación familiar, de obreros y mano de obra poco cualificada hasta la actual caracterizada por posesión de dinero y conocimiento", escribió la fuente oficial.
Conseguir una educación mejor para los hijos es uno de los motivos de la emigración familiar, y según estadísticas oficiales, el 21 por ciento de los estudiantes universitarios optaron en 2010 por salir al extranjero.
Un informe de la Academia de Ciencias Sociales de China destacó que de los 1,06 millones de jóvenes que estudiaron hasta 2010 en universidades del extranjero regresaron a China unos 275.000.
En 2009, el número de los universitarios chinos en el exterior aumentó en el 27,5 por ciento hasta los 229.000, de los que regresaron 108.000, un aumento del 56,2 por ciento.