Nuestros mayores siempre nos dicen que “con la salud no se juega”, un sabio consejo que debería elevarse a rango de ley, para que ningún gobierno de turno tenga el capricho de cambiarlo dependiendo de cómo sople el viento. Aquello del derecho a una sanidad universal, gratuita y equitativa se lo ha llevado el incómodo viento de Levante que siempre aparece en estos inicios del verano.
Estrenamos julio con el copago sanitario, con los recortes y con las subidas en el precio de la luz, del gas y de la tasa de la basura en Jerez, nada más y nada menos que en cinco euros. Y lo que nos espera, porque a partir de agosto nos va a obligar también a que paguemos por los medicamentos de uso común (incluye una lista de 426 medicinas) que antes no nos costaba dinero y que nuestro sistema sanitario financiaba hasta la fecha.
Está claro que ponerse enfermo va a ser todo un lujo al alcance de los bolsillos más pudientes y eso, señores y señoras del PP, es jugar con nuestra salud y con nuestro bienestar. Aún recuerdo cómo se le llenaba la boca al señor Rajoy cuando afirmaba y confirma que en ningún caso estaba entre sus planes (de gobierno) aplicar el copago sanitario. Mentiras y más mentiras que algún día –supongo- no caerán en saco roto y los ciudadanos sabrán juzgarlo con inteligencia cuando llegue su momento. Estamos hartos de mentiras, de promesas incumplidas, de hipócritas de la política que utilizan los votos de los ciudadanos como moneda de cambio para hacer y deshacer a su antojo sin ningún escrúpulo utilizando la excusa de la crisis.
Estamos hartos de recortes y ajustes que están acabando con los cimientos de nuestro sistema sanitario y de nuestro Estado de Bienestar, sin importarle lo más mínimo las personas. Estamos hartos de tecnócratas de pacotilla que se sólo utilizan la calculadora para restar en derechos sociales que tanto nos ha costado conquistar.