El pavoroso incendio de este verano en la Costa acabó arrasando más de 5.000 hectáreas en varios municipios. En los últimos 20 años, sin embargo, según la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, la provincia de Málaga ha perdido a causa de las llamas 42.773 hectáreas en un total de 3.212 siniestros, de los cuales 1.280 fueron incendios y, el resto, sólo conatos. Pero de esta estadística de la Consejería de Medio Ambiente se desprende otro dato: los incendios, con la salvedad del virulento fuego este verano en la costa, han ido descendiendo, en número y en hectáreas calcinadas; tanto es así que, de esas más de 40.000 hectáreas quemadas en estos 20 años últimos, 30.000 ardieron hasta 1995; desde entonces y hasta este 2012 se quemaron las otras 10.000. El año récord, sin dudas, fue 1991, cuando el peor incendio que se recuerda en Málaga, del que acaban de cumplirse 20 años, arrasó la Sierra de las Nieves. Según los datos oficiales de entonces, ardieron aquellos dramáticos días de agosto 10.000 hectáreas en Ronda: “Estimamos, sin embargo, que fueron muchas más, porque las mediciones que hace la administración se hacen siempre sobre plano, sin tener en cuenta el relieve y las pendientes de las zonas afectadas. Es por ello que estimamos que pudieron arder casi el doble de hectáreas de las que se midieron”, afirma Juan Terroba, reconocido conservacionista rondeño, que recuerda para RONDA SEMANAL cómo fueron aquellos días.
Terroba relata cómo él y un grupo de voluntarios trabajaban, junto con efectivos de Medio Ambiente, en la extinción de un pequeño fuego en la zona de Sijuela cuando vieron una columna de humo en plena Sierra de las Nieves. Nadie pudo adivinar entonces el desastre venidero: “Pasaron unas horas desde que vimos el fuego hasta que estuvimos allí para colaborar en su extinción, y aquello era ya un desmadre cuando llegamos”, relata el ecologista. Admite Terroba que “ni los medios, ni la prevención” eran los de ahora, y es por ello que aquel fuego, que no se controló en sus primeros momentos, se hizo casi incontrolable: “Aquel fuego acabó siendo un infierno. El peor recuerdo que tengo de aquellos días es la sensación de impotencia, la absoluta descoordinación”.
El fuego comenzó, rememora Terroba, en la zona de la Fuenfría, en el puerto del Robledal, “en la zona más alta, donde actuaba la famosa cuadrilla de trabajadores de El Burgo, con historias inconfesables de subcontratas, que causó el fuego, algo que se demostró pero que a la administración nunca le interesó airear”.
Juan Fraile, que se había convertido en alcalde de Ronda sólo unas semanas antes, recuerda por su parte que la tarde en que comenzó el fuego subía desde la costa para disfrutar en Ronda de una novillada de un entonces muy joven Francisco Rivera Ordóñez. Fraile estaba en la costa de vacaciones, mientras obraban en su casa de Ronda: “Tengo algunas imágenes muy frescas en mi memoria. No vimos la corrida, claro está, porque cuando llegamos a Ronda ya había mucho desasosiego con lo que ocurría. Aquella tarde volví a bajar a mi familia a la Costa, y a la otra mañana llegaban las cenizas allí; de vuelta a Ronda, las llamas se veían desde la carretera”. El Ayuntamiento de Ronda, por su capacidad, se convirtió en el centro de la coordinación de muchas operaciones, especialmente de los voluntarios: “El mejor recuerdo de aquellos días, si puede haber un buen recuerdo en todo aquello, fue el trabajo de los voluntarios”. Y coincide con Fraile el ecologista Terroba: “Ver cómo decenas de personas, unas 300, ayudaron a apagar el fuego, a recoger comida para bocadillos... Eso no se me olvida”, relata.
El incendio no afectó al término municipal de Ronda, pero Ronda respondió con su ayuda. En un fuego que fue mucho peor cuando logró reavivarse tras estrellarse un helicóptero de extinción y provocar un segundo incendio en la zona que pilló a todos por sorpresa. Se salvaron los pinsapos, si bien el fuego se quedó a la entrada del pinsapar de la Nava, que “se defendió heroicamente”, relata Fraile. Zonas de pinar, alcornocal y matorral no se salvaron, ni tampoco algunos animales monteses. 20 años después, la zona ha logrado recuperarse.