La imagen de Mere lo decía todo. Había sufrido lo indecible y se había tirado por la borda el seguir con la inmaculada racha a domicilio. No fue, no era el día del Racing. Nada le salió y nada ganó porque a nada apostó.
El míster reconoció estar “decepcionado con el equipo. Nos montamos en el barco en el descanso. Tendrán que cambiar muchas cosas en enero”, soltó el técnico tras encajar la segunda derrota consecutiva.
Triste y con el rostro desencajado, a su parecer, la clave fue encajar el primer tanto nada más comenzar la segunda mitad. “Tras el primer gol dejamos de competir y cuando lo haces con un equipo como el Ceuta te pintan la cara. Nos despertamos con 3-0 y ya era imposible. Estuvimos al 70%.”