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Jueves 14/11/2024
 

Campo de Gibraltar

De 'gasolinera flotante' a buque antivertidos

El 'Monte Anaga' atenderá cualquier posible vertido contaminante que se produzca en la franja que abarca desde Marsella hasta Algeciras

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El Monte Anaga fue en su día una gasolinera flotante más que operaba en el Estrecho de Gibraltar, pero ahora ha cambiado su papel y se ha convertido en un buque antivertidos, preparado con modernos sistemas para limpiar el mar.

Con el puerto de Algeciras como base, el buque Monte Anaga, propiedad del grupo Ibaizábal y fletado por Cepsa, ha sido elegido en un concurso internacional por la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) para proteger el Mediterráneo occidental.

De esta forma, el buque dejará su ocupación habitual -suministro de combustible barco a barco en el Estrecho- para atender cualquier posible vertido contaminante que se produzca en la franja que abarca desde Marsella hasta Algeciras.

Es una de las zonas en las que la Agencia Europea de Seguridad Marítima divide la costa europea para que en cada una de ellas haya un buque habilitado y listo para poder acudir rápidamente, en menos de 24 horas, a limpiar cualquier vertido de combustible de importancia que se produzca en la franja que le corresponda.

"Es un sistema bastante sensato", ha explicado hoy a los periodistas Aitor Aznar, director del Grupo Ibaizábal, que ha señalado que sería demasiado costoso e inoperante tener buques exclusivamente antivertidos preparados para actuar en cada zona y atajar un hipotético vertido que igual nunca se produce.

Lo que se intenta evitar es improvisar en una situación de crisis y para ello, como en este caso, la naviera, Cepsa y la EMSA tienen ya acordados los protocolos necesarios para que en el caso de un siniestro no se pierda ni un segundo en negociaciones y todos los esfuerzos se concentren en reparar la contaminación en el mar.

Tras ganar un concurso, el Monte Anaga fue elegido para esta misión y para sustituir a otro que había desarrollado la labor en los últimos años y cuya actividad habitual también era el suministro de combustible barco a barco.

A pesar de las apariencias, el cambio tiene sentido ya que este tipo de barcos cuentan con grandes depósitos que, llegado el momento, pueden vaciar antes de acudir a una zona en la que se haya producido un vertido para recoger su rastro en el mar.

Además de estos depósitos, en los que el "Monte Anaga" puede almacenar 4.000 metros cúbicos (el equivalente a llenar con dos metros y medio cúbicos un campo de fútbol), el buque antivertidos, construido en 2010 en La Coruña y que desde agosto de ese año opera en la Bahía de Algeciras, tiene un radar capaz de detectar manchas a una distancia de cinco kilómetros.

Entre sus sistemas tiene también una barrera de contención de derrames de 500 metros; una aspiradora capaz de tragar vertidos a razón de 150 metros cúbicos de agua por hora, y unos brazos mecánicos de doce metros de largo capaces de recoger los vertidos y limpiar la superficie marina.

Los ocho tripulantes habituales con que cuenta el Monte Anaga, que se relevan cada seis semanas, están preparados para actuar en caso de siniestro ambiental, un momento en el que lo primero que harían, tras recibir el aviso, sería vaciar el combustible que cargan en las cercanas instalaciones de Cepsa, embarcar a dos observadores-coordinadores de la EMSA y a otros dos tripulantes y dirigirse a la zona dañada.

La franja que atiende es una de las tres que afectan a la costa española, que cuenta con otra que va de Algeciras a La Coruña, y con otra que va de La Coruña a la costa atlántica francesa.

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