La decisión sobre si Jaime D.R y Fernando M.R, son culpables o no de un presunto delito de asesinato por la muerte del menor Jairo Gómez en julio de 2012 en el botellódromo, víctima de cuatro puñaladas, está ahora en manos de los nueve miembros que forman el jurado popular. El presidente del Tribunal, Ignacio Rodríguez, les hará hoy entrega, en una reunión ante el Ministerio Fiscal y los abogados de la acusación y las defensas, del objeto del veredicto. A partir de ahí, se retirarán a deliberar con lo que puede haber veredicto en cualquier momento durante hoy mismo (a última hora) o el viernes a primera, según las estimaciones que hicieron ayer a este periódico los abogados de la acusación y las defensas.
Tras una vista a puerta cerrada por los enfrentamientos de los familiares y amigos de las dos partes, la sala de la Sección Octava de la Audiencia Provincial dedicó la tercera jornada del juicio a concluir las declaraciones de los testigos, realizar las pruebas periciales y exponer las conclusiones. Sobre las primeras, exceptuando el relato de un testigo que acompañó a Fernando M.R, y a su novia esa noche y que aseguró que “no le vio participar en nada”, y la madre de Jairo, el resto no aportó nada nuevo.
La madre del menor explicó al abogado de la acusación, Alfredo Velloso, que cuando ocurrieron los hechos estaba cenando fuera y se enteró de lo ocurrido tras ver varias llamadas perdidas del padre de un amigo de Jairo. Aún así, la llevaron “engañada” al hospital, donde le dieron la triste noticia, por si precisaba atención médica. También relató que Jairo “tenía horarios” y que en verano tenía que estar en casa “antes de las dos”. Los agentes que detuvieron a Jaime D.R. explicaron que acudieron al lugar de la pelea “al ver el tumulto” y que fueron a detener al imputado cuando los jóvenes empezaron a “señalarle”, respondiendo este a los agentes al “tercer aviso”.
Respecto a las pruebas forenses, los abogados de la acusación y la defensa de Jaime, que ejerce Manuel Hortas, discrepan. Este último entiende que “les dieron la razón” y que, por tanto, se refuerza su tesis de que los cortes “superficiales” en el cuello, el brazo y en la mano “de un objeto cortante” acreditarían el que supuestamente su defendido agarrase la navaja por la parte de la hoja para arrebatársela a Jairo cuando le “atacaba”. Respecto a las heridas del menor, forenses precisaron que la puñalada mortal le llegó a “romper el esternón alcanzándole al corazón”, mientras que otros dos pinchazos fueron a las costillas y el cuarto al hígado. Agustín Velloso, abogado de Fernando, confía en que éste salga absuelto, ya que mantiene que no se ha podido demostrar que llevara el arma homicida encima.