La Plaza de Armas Lope de Figueroa del acuartelamiento de San Carlos acogió el acto de despedida del general de división Comandante General de la Infantería de Marina (Comgeim), Pablo de Bermudo y de Espinosa, con motivo de su próximo pase a la situación de Reserva. Se cierra así una etapa en su vida militar que se ha prolongado durante casi tres años y medio y en la que, entre otras cosas, se ha realizado de manera efectiva el pasado mes de agosto el traslado de la Comandancia General de la Infantería de Marina del edificio de la Capitanía General a las nuevas dependencias construidas en los antiguos terrenos del Cuartel de Instrucción de Marinería.
El acto de despedida estuvo presidido por el Almirante de la Flota, Santiago Bolívar Piñero, y contó con la presencia de una representación de todas las unidades de la Fuerza de la Infantería de Marina y el resto de la Flota, así como de numerosas autoridades civiles y militares.
La Fuerza, al mando del coronel Juan Bosco Montero Prado, estuvo compuesta por una escuadra de gastadores, banda y música del Tercio del Sur, banderas coronelas y tres batallones. Junto a ellos formaron las enseñas del Tercio de Armada, Tercio del Sur, Agrupación de Madrid, Tercio del Norte, Tercio de Levante y Brigada de Infantería de Marina.
Tras el recibimiento al Almirante de la Flota y los honores de ordenanza, el general Bermudo y de Espinosa pasó a despedirse de las enseñas nacionales de las unidades de la Fuerza de Infantería de Marina, siendo el beso a la bandera uno de los momentos más emotivos del acto castrense.
Posteriormente, tanto el Comandante General como el Almirante la Flota dirigieron unas palabras a los asistentes. Una vez recitados uno de los mandamientos del Decálogo del Infante de Marina y el canto de la Marcha Heroica, así como el himno de la Armada, se procedió a la retirada de las banderas. El acto concluyó con el desfile de la Fuerza por la avenida Mariscal de Campo Montero y Subiela, que en esta ocasión contó también con una representación de carros de combates y vehículos motorizados de las Fuerzas Armadas.
Currículum
El general Pablo Bermudo y de Espinosa nació en Melilla en febrero de 1951 e ingresó en la Escuela Naval Militar de Marín en 1972, graduándose como teniente en 1977. En los empleos desde teniente a comandante ocupó diversos destinos, pasando por diversas unidades tales como el Tercio de Armada, Centro de Instrucción de Infantería de Marina, Guardia Real, Centro de Instrucción de Buceo y Agrupación de Madrid.
Entre enero de 1997 y enero de 2000, y ya en el empleo de teniente coronel, fue oficial de estado mayor en la Misión Española ante SACLANT en Norfolk (Estados Unidos), y en 2003 ejerció el cargo de Jefe de División de Inteligencia del Cuartel General Subregional Conjunto Sur Oeste de la OTAN. Tras su paso por diversos cargos de la OTAN, y ya como coronel, fue designado Comandante Director de la Escuela de Infantería de Marina General Albacete y Fuster. En septiembre de 2007 fue promovido al empleo de General de Brigada, pasando a ser destinado a la Comandancia General de la Infantería de Marina como segundo jefe. El 30 de octubre de 2009 fue nombrado Comandante General del Tercio de Armada de San Fernando hasta enero de 2011, cuando fue nombrado Comandante General de la Infantería de Marina, cargo que ha desempeñado hasta la fecha actual.
Su discurso
Bermudo y de Espinosa pronunció ante los presentes sus últimas palabras como Comgeim, siendo lo primero que dijo que “después de 42 años y 24 días de servicio, siendo el Comandante General durante más de tres años y medio, este mes de septiembre pasaré a la situación de reserva. Me alejaré, que no abandonaré, de la vida militar que ha constituido la razón de ser de mi vida desde que tengo uso de razón”.
El general de división afirmaba que “me voy razonablemente satisfecho de lo conseguido a lo largo de estos años. Años en los que he disfrutado con cada actividad, con cada destino por el que he pasado, con cada minuto en compañía de tantos y tantos oficiales y tropa con los que he tenido el privilegio, el honor y la satisfacción de trabajar. Me llevo un magnífico recuerdo de todos y cada uno de ellos puesto que todos me han ayudado a ser lo que soy y como soy”.
Pablo Bermudo y de Espinosa dejaba claro que todavía tenía arrestos para seguir, pero que “el paso del tiempo es inexorable y la normativa quiere que pase a una situación previa a mi retiro: la reserva. Sinceramente tengo que afrontarlo como una orden, puesto me encuentro en perfectas condiciones para seguir adelante. Una orden que con disciplina se acepta y se ejecuta con lealtad”.
“Disciplina y lealtad, grandes palabras. Grandes conceptos que todo militar debe hacer de ellos su razón de ser; su símbolo; su filosofía. Pues ellas, disciplina y lealtad, unidas al espíritu de sacrificio y a la disponibilidad permanente son la esencia de lo militar”, indicaba.
El ya ex Comandante General lanzaba un último mensaje. “Ahora, llegado este momento, me gustaría que mi última orden fuera que asumiérais la disciplina, la lealtad, la disponibilidad y el espíritu de sacrificio como norma de actuación. La Infantería de Marina, la Armada y la Patria requieren soldados con unos altos ideales, virtudes y actitudes y, sin lugar a dudas, estoy convencido de que con disciplina, lealtad, espíritu de sacrificio y permanente disponibilidad, tendréis llena vuestra mochila para servir a España como se merece. Indudablemente pasaréis momentos duros en los que querréis tirar todo por la borda. Momentos en que vuestros jefes o subordinados os defraudarán. Momentos en que vosotros mismos os defraudaréis y llegará a vosotros el desánimo y la desilusión. Es entonces, cuando tirando de disciplina, lealtad espíritu de sacrificio y disponibilidad, superaréis esos instantes y volveréis a ser soldados, el infante de marina que España necesita”.