El Ayuntamiento ha reabierto al tráfico la calle Liebre, que fue cortada al tráfico en diciembre, una vez que la propiedad de la finca situada en el número 13 ha finalizado las obras que le fueron requeridas desde la Delegación de Urbanismo, a través de una orden de ejecución, y ha certificado que las medidas de seguridad adoptadas eliminan el riesgo para la vía pública.
De esta forma, y tal y como señala el delegado de Urbanismo, Agustín Muñoz, las tres calles que se cerraron en diciembre por fincas en mal estado, Liebre, Cabezas y un tramo de Cantos, ya se encuentran abiertas al tráfico rodado y de peatones – la reapertura de estas dos últimas se produjo en enero- después de que los propietarios de estos inmuebles que provocaron su cierre, y con los que se ha venido trabajando desde Urbanismo, atendiesen las órdenes de ejecución de esta Delegación, y ejecutasen las medidas de seguridad requeridas.
En el caso de calle Liebre, recordar que se cortó al tráfico por motivos de seguridad, tras comprobarse que se habían producido derrumbes parciales, así como la existencia de grietas que suponían un riesgo de nuevos desprendimientos hacia la vía pública.
En consencuencia, desde Urbanismo se dictó una orden de ejecución para que se adoptaran medidas destinadas a garantizar la seguridad en la vía pública, y se mantuvieron contactos con los propietarios de la finca para valorar posibles intervenciones; la actuación llevada a cabo ha incluido todas las obras necesarias para evitar cualquier riesgo de caída de elementos hacia la calle.
La calle Liebre se reabrió ayer lunes tras enviar la propiedad el certificado en el que se expone que con las medidas de seguridad adoptadas ha desaparecido el riesgo para la vía pública.
También se ha reabierto al tráfico recientemente la calle Cabezas, que se había cortado por los desprendimientos ocurridos en otra finca en mal estado, concretamente, la de Plaza del Mercado 1.
En esta ocasión, también desde Urbanismo se ordenó a los propietarios, mediante orden de ejecución, llevar a cabo una serie de obras que devolviesen la estabilidad a la fachada lateral de la finca, donde se habían producido los desprendimientos.
Por su parte, los propietarios de la finca de la calle Santa María de Gracia han ejecutado también las actuaciones requeridas por Urbanismo, consistentes en un nuevo cerramiento de la finca y en la ejecución de un nuevo muro, ya que el estado precario del anterior provocó el cierre del tramo de la calle Cantos comprendido entre Melgarejo y Vid, recientemente abierto.