El ministerio fiscal ha pedido en su calificación que se imponga "la medida de seguridad consistente en el internamiento en un centro psiquiátrico por un tiempo de 20 años" al hombre que asesinó en mayo de 2013 a su mujer en la barriada periférica cordobesa de Alcolea, golpeándola primero con un martillo en la cabeza y estrangulándola por último, y que se le impongan también 14 años de internamiento en un psiquiátrico por la posterior tentativa de asesinato de su hermano, al que acusaba de ser el amante de su mujer, y al que golpeó repetidamente en la cabeza y espalda con un atizador metálico.
Según recoge la calificación del fiscal, a la que ha tenido acceso Europa Press, no procede la petición de prisión para el acusado, H.L.C., ahora de 58 años, y que será juzgado por la Audiencia Provincial de Córdoba a partir del próximo martes, ya que hay que aplicarle en la presunta comisión de ambos delitos, de asesinato y de tentativa de asesinato, "la circunstancia eximente completa de alteración mental".
Así, según entiende el fiscal, "el acusado, en el momento de los hechos, presentaba un trastorno de ideas delirantes, con un delirio de celos, que le ocasionó una anulación total de su capacidad de entender y de comprender los hechos cometidos". Sin embargo, también considera el fiscal que "el acusado es responsable en concepto de autor" de ambos delitos y en ambos concurre "la circunstancia agravante de parentesco".
Según el relato de hechos del fiscal, los hechos tuvieron lugar a partir de las 22,00 horas del 21 de mayo de 2013, cuando el acusado se acostó con su esposa, María Rey Redondo, de 51 años, para pasar la noche en el domicilio familiar, hasta que "al filo de la medianoche comenzó una discusión con su mujer, ya que hacía varias semanas que tenía en la mente la idea de que le era infiel", llegando al "convencimiento de que el amante era su propio hermano, por lo que le preguntó" a la mujer "sobre la supuesta relación que tenía con su cuñado", para después, "en un estado de gran excitación, se levantó para coger del garaje un martillo y al regresar, lo colocó en el suelo, en su lado de la cama".
Acto seguido, el acusado, "con las luces apagadas y con el fin de acabar con la vida de su esposa, le lanzó un martillazo por la espalda a la cabeza, concretamente a la región parietal, y también al rostro, a la altura de las cejas, propinándole asimismo numerosos golpes en la cara. En ese momento su mujer intentó defenderse, con el fin de eludir la agresión de su esposo, pero el acusado se echó encima de ella y le tapó el rostro con una mano, mientras con la otra le apretó fuertemente el cuello para que dejara de respirar, hasta que, finalmente, sobre las 3,00 horas del día 22 de mayo, comprobó que la señora había fallecido a consecuencia de su acción".
Al transcurrir unas horas y puesto que su hermano residía en el mismo bloque, el acusado, sobre las 7,00 horas", se dispuso a esperarlo en el portal, "armado con un destornillador y un atizador metálico para la chimenea", y tras aparecer su hermano "le propinó un golpe por la espalda con el atizador en el lado derecho de la cabeza, con el ánimo de hacerle perder la vida. Ante este golpe tan sorpresivo", el hermano del agresor "salió huyendo, pero el acusado lo persiguió y continuó golpeándolo con el atizador en la cabeza durante toda la carrera, al mismo tiempo que repetía sin parar que iba a matarlo", lo que no logró porque "pudo ser reducido por su sobrino", que acudió en ayuda de su padre.