La canciller alemana, Angela Merkel, apeló hoy al espíritu que posibilitó la reunificación alemana hace 25 años para afrontar el reto de la actual crisis de los refugiados y el desafío de integrar a quienes logren quedarse como asilados.
La jefa del Gobierno alemán evitó a comparar ambos hechos históricos pero subrayó, en su habitual videomensaje semanal, que sería conveniente rescatar en la actualidad "ese sentimiento fundamental" que propició la reunificación de la República Federal y la República Democrática Alemania (RDA) en 1990.
Ese "sentimiento fundamental -cuando nos llega una gran tarea, eso se puede lograr-, esto, creo, podríamos volverlo a traer a la memoria", dijo Merkel.
La reunificación fue "una cosa muy especial" que no se puede comparar con la actual crisis de los refugiados, porque el énfasis ahora debe ponerse en la "integración" de los que cumplan los "requisitos" para quedarse, ya que son personas "con otros idiomas y experiencias".
La canciller valoró el proceso de unificación de su país, que tras la caída del Muro en 1989 "no era muy previsible" y que sucedió a gran velocidad, a pesar de ciertos contratiempos, gracias a que la política siguió al pueblo.
Merkel argumentó que los ciudadanos fueron los primeros que pasaron rápidamente de corear "¡Somos el pueblo!" (el grito de las marchas prodemocráticas de la RDA) a "¡Somos un pueblo!", el lema a favor de la reunificación.
"Y esta dinámica, por fortuna, se desarrolló después políticamente de forma fantástica", agregó.
No obstante, reconoció que "hay personas que no han podido hacer realidad sus oportunidades y sus esperanzas", en referencia a los ciudadanos de la extinta RDA que se sienten decepcionados por el proceso de reunificación.