El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 25 años y cuatro meses de prisión impuesta por la Audiencia de Málaga a un hombre por asesinar y robar a un abogado malagueño, con el que contactó para contratarlo; y al que golpeó y apuñaló en el maletero de su coche, tras maniatarlo. También se le impuso el pago de 213.000 euros como indemnización a la mujer y a los hijos del fallecido.
Así, el alto Tribunal desestima todos los motivos expuestos en el recurso de casación presentado por la defensa del acusado, un hombre alemán de 55 años, al que se le condenó por los delitos de asesinato, robo violento agravado por el empleo de arma y estafa continuada, ya que realizó varias extracciones de dinero con la tarjeta de crédito de la víctima.
Los hechos tuvieron lugar en marzo de 2012 cuando el acusado fue al despacho del letrado para contratar sus servicios. Tras concertar unos honorarios de 1.000 euros, le pidió que lo llevara a un centro comercial de Marbella (Málaga), donde le iban a dar parte del dinero. Se subieron al vehículo del abogado y en el camino, el procesado amedrentó a la víctima con un arma blanca, haciéndole parar el coche.
En ese momento, se apoderó de la cartera y le obligó a que le diera el número pin de su tarjeta de crédito. Acto seguido, inmovilizó a la víctima con una cinta y lo sacó del coche arrastrándolo por el suelo, obligándole a meterse en el maletero, según consideró probado la Sección Primera de la Audiencia malagueña y ahora ha ratificado el Supremo.
Una vez en el maletero, el acusado "lo golpeó repetidamente, dándole puñetazos" y, además, "le pinchó con el arma blanca en la cabeza y le asestó un navajazo letal en el cuello", que le causó la muerte. El acusado condujo hasta Málaga y se llevó la chaqueta y las tarjetas de crédito, realizando dos extracciones por valor de 1.200 euros.
Así, el Supremo rechaza el argumento de indefensión planteado por el letrado del procesado por haber sido defendido éste por un letrado de oficio del Colegio de Abogados de Málaga donde ejercía la víctima. Se señala que al procesado se le informó desde el primer momento de la opción de nombrar un letrado de su confianza de fuera de Málaga, "sin que lo hiciera".
Asimismo, descarta el planteamiento de que el acusado no actuó con el ánimo de matar, señalando que "resulta incuestionable que una persona que le propina a otra un navajazo en una zona vital del cuerpo (el cuello), cuando la víctima se halla además indefensa, es claro que tiene el propósito de matarla, máxime cuando después la deja encerrada en el maletero herida de muerte".
Además, apunta a que el hecho de que hubiera algún forcejeo, no acreditado, antes de que el acusado consiguiera introducir en el interior del maletero al agredido, "no impide ni excluye que, una vez dentro, lo acuchillara en una situación de indefensión previamente preparada por el propio acusado".
