El Teatro de la Maestranza de Sevilla acoge los próximos 22 y 23 de junio el estreno en Europa del concertro grosso 'When the city rules' de Gabriel Prokófiev, compositor en residencia de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) para la presenta temporada de conciertos 2016/2017, en el 13º programa de abono. Prokófiev ya estuvo presente en el 9º programa de abono (20 y 21 de abril) con el estreno en España de su 'Orchestral Remix of Beethoven 9 for Electronica and Orchestra'.
Según un comunicado, tras la presentación en el programa 9º de nuestro compositor en residencia en esta temporada, Gabriel Prokófiev regresa en compañía de su abuelo, Serguéi Prokófiev, sin duda, uno de los creadores musicales más importantes del siglo XX y cuya inmensa popularidad se debe a obras como el ballet Romeo y Julieta, la cantata Alexander Nevski, la ópera Guerra y paz o el cuento musical Pedro y el lobo.
Mucho menos conocido que el de la época soviética, el joven Prokófiev fue considerado en sus inicios todo un "enfant terrible". Un crítico lo describió así: "Tomad un Schönberg, dos Ornstein, algo de Satie, mezcladlo cuidadosamente con Schumann, un vaso lleno de Scriabin y de Stravinski y obtendréis algo muy parecido a Prokofiev".
Al Prokófiev clásico le sucederá su nieto Gabriel, con una obra encargada conjuntamente por la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y la Sinfónica de Seattle que se presenta por vez primera al público europeo. 'When the city rules' es una fantasía sinfónica que explora la vida en el siglo XXI. Para el autor, la habilidad de la orquesta sinfónica para pasar de un todo orgánico al individualismo de los solistas sin apenas transición le parece una perfecta metáfora de la experiencia urbana: por un lado, con las múltiples personalidades que pueblan una comunidad y por otro, las poderosas maquinaciones de este grupo cuando se constituye en megalópolis.
"Por eso --explica el compositor-- cada instrumento de la orquesta tiene aquí su propia voz, su propia historia; algunos son muy diferentes, otros similares, y otros idénticos. Pueden enunciar las mismas frases, pero cada uno con su voz individual. Pueden trabajar al unísono, igual que la sociedad cuando está unida. Pueden responderse entre sí a sus propias cuestiones, hacer comentarios sobre el estado de los otros, copiarse o ceder a otros el espacio necesario para que se expresen. También pueden unirse en contra de un tercero, barrerse los unos a los otros. Una sociedad de individuos que deben hallar una manera de convivir".
'When the city rules' presenta las distintas historias de cada uno de los instrumentos, con sus respectivos anhelos y frustraciones, dentro de una orquesta que funciona con el mismo mecanismo de las ciudades, marcado por la inexorabilidad de las horas puntas y la opresión de un paisaje desbordado por la energía de las masas y la omnipresente tecnología.
En los pasajes solistas la flauta, el chelo, la trompeta y el arpa emergen como personajes clave, con los que Prokófiev ha querido representar tanto el pasado como el futuro. La percusión desempeña también un papel importante, como el motor de una ciudad que no puede hacer otra cosa que expandirse.
A la hora de escribir esta partitura Gabriel Prokófiev ha partido de sus propias experiencias viviendo en una metrópoli como Londres, sin olvidar sus viajes por Moscú, Nueva York, Seúl, Seattle, Sao Paolo o Sevilla. El primer movimiento se abre con una suerte de lamento por aquellas pequeñas comunidades en las que el hombre comenzó a vivir en grupo, en contraste con las ciudades que hemos creado y de las que es imposible escapar, representadas aquí por el zumbido disonante de la cuerda. Los solos del cello, la flauta y la trompa traen a colación vivencias anónimas e íntimas, que son arrolladas por un mecánico "allegro animato" y un "marziale vigoroso" de la ciudad en movimiento.
En el segundo movimiento, la ciudad es evocada con brutalidad como la rueda de una jaula de ratones, si bien un saxofón, una trompeta, una flauta, un oboe y un chelo, guiados por el arpa y la percusión, tratan de escapar con el pensamiento de ella, intercambiándose confidencias entre sí. La segunda mitad de este movimiento "mesto", está dominada por la letanía esperanzadora de un chelo solista.
El tercer movimiento profundiza en el ritmo implacable de la tecnología que domina la vida en el siglo XXI, incluso en momentos de aparente calma. Respecto al cuarto y último, se basa vagamente en la forma rondó del clasicismo, y presenta un austero tema, en combinación con agitados interludios. En la coda final, la flauta, el cello y la trompeta sostienen un diálogo de gran virtuosismo, antes de que la ciudad irrumpa más inmensa que nunca.
Con el propósito de recrear el mestizaje cultural de las ciudades de la actualidad, Gabriel recurre tanto a la música del pasado como la electrónica de la actualidad, con escalas y armonías que no se ciñen únicamente a los cánones occidentales.
"Personalmente --apunta el artista-- creo que en el siglo XXI no estamos sujetos a la presión que tuvieron los compositores de la posguerra mundial por desconectar del pasado musical. Y por ello pienso que debemos guardarnos del llamado 'arte elevado' y de esa tendencia a aislarse académicamente de una noción de cultura contemporánea más amplia. La música contemporánea puede tener una actitud más abierta a las influencias y culturas externas, exactamente igual que las ciudades modernas".