El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha aprovechado su discurso ante la 74 Asamblea General de la ONU para hacer un llamamiento a la celebración de elecciones presidenciales "libres, democráticas, transparentes y con todas las garantías" en Venezuela, convencido de que "es la única manera de que regresen a la normalidad democrática e institucional en ese país hermano".
La situación de Venezuela es uno de los temas clave en varias reuniones que se celebran en los márgenes de una sesión de la Asamblea en la que el representante venezolano será el ministro de Asuntos Exteriores, Jorge Arreaza. En Nueva York se encuentran también representantes de la oposición y embajadores designados por Juan Guaidó, al que varias decenas de países, entre ellos España, reconocen como presidente encargado del país.
En su repaso a las situaciones complejas del panorama internacional que es habitual en los discursos ante la Asamblea de la ONU, Sánchez ha incluido su preocupación por un asunto que, si bien "no es violento", le "inquieta", el Brexit y su apuesta de que "se produzca de una forma ordenada, en beneficio de los ciudadanos europeos y británicos, y en beneficio también de los agentes económicos, que necesitan seguridad jurídica.
"El calendario de los plazos apremia, y no debemos escatimar esfuerzos para intentar una salida ordenada", ha dicho. También ha señalado que el Brexit "tendrá consecuencias lógicamente para Gibraltar" y ha llamado a trabajar por el desarrollo de un área de prosperidad que abarque todo el espacio de Gibraltar y también del Campo de Gibraltar, y contribuya a lograr la convergencia social y económica".
Eso sí, ha incluido una mención a la "doctrina de Naciones Unidas, con la que España se alinea plenamente", una forma de aludir a la reivindicación española sobre el Peñón.
Sánchez ha hecho alusión a las necesidades de 70'8 millones de personas se encuentran desplazadas de manera forzosa y, de entre ellos, casi 26 millones son refugiados; a la inestabilidad del Sahel y a la oportunidad que representa África, sin olvidar el conflicto israelo-palestino, "una asignatura pendiente de la comunidad internacional" en el que ha reafirmado su apuesta "por la solución de dos Estados" con el acervo de la ONU.
Por otro lado, ha confirmado el apoyo de España a "la centralidad de la ONU" para encontrar una solución a la situación del Sáhara Occidental que sea," como establecen las resoluciones del Consejo de Seguridad, una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable, en el marco de los principios y los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas".
También se ha mostrado preocupado por "la escalada de tensión en el Golfo y la posibilidad de que un error en la respuesta degenere en un conflicto de consecuencias graves, gravísmas, en Oriente Próximo" así que ha llamado "a la contención de las partes, de los actores regionales" y ha aplaudido los esfuerzos de mediación.
De paso, ha insistido en la posición europea de que "el desmantelamiento del Acuerdo Nuclear con Irán significaría un gran fracaso internacional" porque "constituye un elemento clave de la lucha contra la proliferación nuclear y un hito esencial para la seguridad de la región".
También ha aludido a la situación de Siria, "una de las más dramáticas", con ocho años de guerra que han causado más de 400.000 muertes, 5'6 millones de refugiados, un 80% de la población siria bajo el umbral de la pobreza y 11'7 millones de personas con necesidades humanitarias. "Naciones Unidas puede ofrecer una salida a este conflicto civil y humanitario. La presión deber ser máxima al igual que el apoyo del Gobierno de España al Enviado Especial del Secretario General de Naciones Unidas", ha resumido.
Y ha llamado a la cooperación judicial internacional para afrontar el problema de los combatientes terroristas retornados, junto al control de los desplazamientos, así como también la obtención de pruebas y un adecuado tratamiento de los presos, "todo ello sin olvidar la debida solidaridad con las víctimas del terrorismo".
Todo ello en el marco de su apuesta por reforzar el multilateralismo y frente a actitudes de "repliegue proteccionista y ultranacionalista" que "amenazan las normas que contribuyen a la convivencia pacífica, el progreso y la prosperidad global. En ese sentido, ha reiterado su apoyo al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en sus esfuerzos de reformar la organización para hacerla más eficaz.
