Israel y Mota, guardias civiles de Alcalá de los Gazules, en la provincia de Cádiz, tuvieron constancia de que una madre de la localidad necesitaba urgentemente un medicamento para su hijo y no podía encontrarlo, ni dejarle solo. Ambos agentes acudieron al domicilio y tras hablar con ella salieron a buscarlo y para ello se trasladaron a una farmacia en otro pueblo que contaba con existencias. Una historia emotiva que evidencia la enorme labor que viene desarrollando este cuerpo de seguridad durante el Estado de Alarma
Se trataba de una madre de un niño autista de alto grado que solicitó ayuda a la Guardia Civil "desesperada al no saber a quién acudir". Su hijo necesitaba un medicamento especifico para evitar brotes psicóticos, y no habia existencias en Cádiz, ni en Sevilla. La madre se puso en contacto con el colegio de farmacéuticos, desde donde le comunicaron que que existía un envase del citado medicamente en una farmacia de Paterna de Rivera. Cuando llamó a la citada farmacia le dijeron que no podían reservárselo.
La madre, ante el temor a quedarse sin el medicamento llamó "desesperadamente a la Guardia Civil, al verse imposibilitada para desplazarse hasta la farmacia dejando a su hijo solo".
Ante esta situación, los agentes se desplazaron hasta Paterna a por el medicamento que necesitaba y al entregárselo a la madre no quisieron cogerle el dinero. La madre, emocionada, se mostró muy agradecida, y este acto forma parte de la impagable labor, a veces desconocida, que vienen desarrollando los agentes de la Guardia Civil durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus.