La situación del comercio y la hostelería en la capital “se va complicando por días” y desde ambos sectores señalan que un segundo confinamiento sería “terrible”, pues están siendo meses “con una facturación inexistente, ante un consumo que ha caído por el miedo y la incertidumbre” entre la población.
El XXI Día del Stock ha devuelto este jueves a la capital su vida comercial y así esperan que sea hasta el próximo sábado, cuando concluirá una edición en la que están participando medio centenar de comercios de proximidad y que llega “para ayudar al sector con una actividad dinamizadora que permitirá sobrellevar mejor esta situación”, según explica el presidente del Centro Comercial Abierto Las Palmeras, Francisco Gutiérrez.
En días de cierre perimetral de la provincia, esta restricción está afectando. “La capital es la cabecera comercial de la provincia y nos afecta que no estén llegando clientes”, explica Gutiérrez.
A la espera de nuevas medidas restrictivas, recuerdan que ya han experimentado “tres meses con una facturación prácticamente inexistente”.
Dice: “En noviembre, no tenemos ningún horizonte. La facturación ha caído notablemente y con ingresos inexistentes tenemos que mantener los alquileres de los locales comerciales al 100% y los impuestos; se han incrementado el coste de los seguros sociales de los trabajadores en ERTE y nos cuesta pagar las cuotas de autónomos. Necesitamos medidas contundentes e inmediatas”.
Gutiérrez señala el “constante goteo de cierres” de negocios de proximidad. “Los comerciantes están haciendo un esfuerzo brutal por mantenerse”, dice. Sectores como el de la moda y el calzado son “los que peor lo están pasando”.
Tienen la vista puesta en la campaña de Navidad, pues su peso es “muy alto” en la facturación. Esperan que “se salve” y que los clientes “se echen a la calle a comprar de manera responsable y continuada”.
Dice: “Pedimos a los políticos que, a la hora de tomar decisiones, se anticipen a las consecuencias que tienen estas situaciones”.
Augura que tendrán que “agilizar el ingenio”, pues “ahora más que nunca, se necesita tener el comercio digitalizado y mantener contacto con el cliente a través de la tienda online y las redes sociales. Hay medios, pero el grueso del comercio tradicional es estar en la calle, en contacto con el cliente”, termina.
El presidente del Movimiento Empresarial MÜY Jaén, Francisco Marín, asegura que el actual estado de alarma les ha condenado “a muerte”, no sólo por las restricciones, sino por “la alarma social creada a tan largo espacio de tiempo”.
Señala: “Cuando no existe estímulo para consumir, no existe necesidad de comprar. Cuando la sociedad está asustada, se ralentiza la economía y el sector comercial. Cerrar sin cerrar, restringir a medias, comunicar con exceso de negatividad y responsabilizar sólo a la sociedad está convirtiendo esta situación en una guillotina cruel y sin antídoto”.
Desde MÜY Jaén reclaman “atención” al sector, pues “el daño no tendrá solución a la vuelta de tres o seis meses” y se plantean suspender la actividad “durante unos meses para ahorrar gastos”. Reclama: “Necesitamos ayudas para hacer frente a nuestros impuestos, alquileres y los seguros sociales de nuestros empleados”.
La situación en la Hostelería evidencia un “desplome importante”. El presidente de Hostur-Jaén, Antonio Lechuga, señala que los aforos en terrazas y en el interior de cafeterías, bares y restaurantes no son suficientes. “Los clientes no entran. Si no hay mesa en la terraza, se van. La facturación ha caído casi un 60%. No podríamos soportar un segundo confinamiento. Están cerrando negocios y otros, esperando si llegan ayudas”, confirma.
El teletrabajo, las restricciones de movilidad y el miedo han reducido el consumo y la situación no exime a los proveedores, que “están pasándolo mal”. Explica: “No podemos aguantar así. En febrero veremos las consecuencias. Esperemos que se pueda salvar la Navidad”.
Hosteleros que antes no daban desayuno han optado por añadir el servicio, para compensar el cierre nocturno, a las 22:30 horas, también para los repartidores del servicio a domicilio. Y es que ésta última ha sido una de las propuestas hosteleras para no perder clientes.
“Evidencia la necesidad que está pasando el sector. No es la solución y no están habiendo tantos pedidos”, termina Lechuga. Es un servicio que funciona en negocios concretos”, termina.