Los colectivos de personas con movilidad reducida Apropadis 2.0 y Fegadi Cocemfe han puesto en marcha, hace unos días, la campaña Con la accesibilidad por bandera, a través de la cual se pretende concienciar a la ciudadanía y las Administraciones Públicas de la necesidad y obligación de hacer accesibles todos los transportes públicos urbanos e interurbanos. En principio tratan de ganar adhesiones en las redes sociales, antes de que, cuando la situación de la pandemia lo permita, comenzar acciones en la calle.
Por ello interpelan a las administraciones públicas y las empresas de transporte, para que “se impliquen definitivamente en la accesibilidad de todos los transportes públicos, garantizando que todos y cada uno de los vehículos de transporte colectivo sean accesibles para las personas con movilidad reducida”.
Con la Accesibilidad por Bandera es el nombre de esta campaña de sensibilización, que apostilla: por unos transportes públicos 100x100 accesibles, un slogan y un objetivo al que las organizaciones impulsoras animan a unirse, “en principio a través de las redes sociales, pero posteriormente a través de diversas iniciativas, que se irán programando según lo permita la situación sanitaria”.
“Que tu tren pase de largo o que llegues tarde a la parada de tu autobús es algo que puede ocurrirle a cualquiera, pero ¿qué ocurre cuando eres puntual, estás en la parada adecuada, pero no puedes subir a tu transporte?”, se preguntan los responsables de la iniciativa.
O “¿qué harías si pides un taxi y te dicen que está fuera de la ciudad y que tardará una hora en recogerte? O que el taxi adaptado que pretendes coger está hoy de descanso, y no hay más vehículos accesibles y por tanto no puedes desplazarte”, añaden.
“Día a día, muchas personas con movilidad reducida, especialmente aquellas que necesitan sillas de ruedas para desplazarse, se ven imposibilitadas para acceder a un autobús urbano, un metro o un taxi, a pesar de que la normativa vigente obliga a que reúnan las condiciones para que sean accesibles. Todos los autobuses y trenes deben ser accesibles, independientemente de su antigüedad, recorrido, frecuencia, empresa concesionaria…”, explican.
Los colectivos se preguntan: “¿Nos subiríamos a un autobús al que le fallasen los frenos? ¿Y si supiésemos que una de sus ruedas va a estallar inminentemente por la presión? No es extraño que a menudo las rampas o plataformas para el acceso de personas con movilidad reducida estén averiadas o, peor aún, que estos transportes carezcan de accesos adecuados para el acceso de personas con movilidad reducida”.
