Goodall, quien esta semana fue investida doctora honoris causa por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, destacó en una entrevista con Efe que al conservar el lince ibérico se preserva también el monte mediterráneo, “del que, al final, también dependemos nosotros”.
Esta jovial británica, que en 2010 cumplirá medio siglo en defensa de los primates africanos, anima “absolutamente” a los españoles a preservar este felino “atractivo y carismático”.
Poseedora entre numerosas distinciones internacionales del Premio Príncipe de Asturias, Goodall considera que la humanidad “no puede seguir destruyendo especies que han tardado miles de años en evolucionar”.
“Puede que algunos consideren caros los planes para salvar especies como el lince, pero tenemos que estar preparados para pagarlos”, opinó.
Su último libro, Esperanza para los animales y su mundo, a punto de editarse en castellano, incluye un capítulo sobre los esfuerzos para evitar la extinción del lince ibérico, el felino más amenazado del planeta, situación que Goodall conoció en 2007 cuando al volar hacia España leyó un reportaje sobre este carnívoro en la revista de Iberia.
Nada más aterrizar en Barcelona invitó a Miguel Ángel Simón, responsable desde hacía más de una década del plan de la Junta de Andalucía para conservar el lince ibérico, a la capital catalana para que le expusiera los esfuerzos que un puñado de científicos y técnicos desarrollaban para salvar el centenar de linces que sobrevivían en Sierra Morena y en Doñana.
Goodall recuerda este encuentro en su blog: “El proyecto de reproducción del lince lo conozco en persona. Miguel Ángel Simón, de la Junta de Andalucía, fue el primero con el que me entrevisté en febrero del 2007 y con quien pude compartir una agradable cena improvisada en casa del director del Instituto (Goodall) en España. Recuerdo con cariño nuestro intercambio de peluches: un precioso peluche de lince ibérico por uno de chimpancé”.
Simón le puso en contacto con Astrid Vargas, la joven bióloga que dos años antes había logrado la primera reproducción en cautividad del lince ibérico en el centro de El Acebuche (Doñana) y a quien Goodall visitó semanas después.