Un plástico novedoso, versátil, pero sobre todo, ecológico. Olipe, la Cooperativa Olivarera de Los Pedroches; y Aimplas, el Instituto Tecnológico del Plástico, han dado a conocer cómo es un producto que demuestra una vez más que el hueso de la aceituna tiene mucho potencial dentro del mundo del olivar.
Este producto, fruto del resultado del proyecto Gooliva, se integra dentro del objetivo en el que se centra una iniciativa financiada con fondos europeos al 80% y en un 20% por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El presidente de Olipe, Juan Antonio Caballero, explicó que el proyecto comenzó en 2019 gracias a “la puesta en común de ideas para desarrollar acciones de economía circular” entre la Cooperativa y Aimplas y de ahí surgió la posibilidad de convertir los restos de hueso provenientes de la molturación en un elemento base para la fabricación de bioplásticos orgánicos que permiten generar un producto de alta calidad y que sorprende por su resistencia en todos los usos en los que se ha probado: bandejas, platos, maceteros, vasos y recipientes de todo tipo.
Caballero destacó que “cualquier valor añadido que podamos obtener de los subproductos del olivar es bueno porque siempre va a contribuir a la economía de los agricultores, que es nuestro objetivo final como cooperativa”. Y además, explicó que el proceso comienza con la limpieza, el desecado y la molienda del hueso, que se lleva “casi en polvo” a las instalaciones de Aimplas para comenzar el proceso.
La acogida del proyecto ha sido muy positiva por parte de la Confederación de Empresarios de Córdoba. Su presidente, Antonio Díaz, advertía que “avanzar hacia una economía circular podría generar beneficios como reducir la presión sobre el medio ambiente, mejorar la seguridad de suministro de materias primas, más competitividad, innovación, crecimiento y empleo”. Díaz añadió que este tipo de iniciativas constituyen un ejemplo de cómo empresas y entidades avanzan en su desarrollo y a favor del modelo de sociedad que todos queremos.