Una mujer de La Línea ha denunciado en las redes sociales que en la iglesia de Santiago de La Línea no le permiten hacer la comunión con otros niños por padecer un trastorno del espectro autista (TEA)
Mercy Viñas Parra relata, en su muro de la red social Facebook, que se dirigió a la iglesia de su barrio, la de Santiago, “para hablar con el padre Arturo”, que le comentó “todo de mi niña” y que quedaron en que le iba a llamar una catequista y que la llevasen después de navidades.
Mercy comento que la catequista se entrevistó en privado con la niña, y que “a los 15 minutos sale la catequista” y que le dice que “que a ella le da mucha pena pero que mi hija no entiende lo que es la comunión que no puede hacerla porque no escribe no lee y se a levantado 2 veces...”.
La afectada afirma que al día siguiente, fue a hablar directamente con el párroco, que, si bien no le cerró la puerta a la niña a hacer la comunión, le dijo, según su relato, que “no puede hacer la comunión acompañada de los demás niños que puede hacerla sola”, que podría ser “el día que yo quiera menos el fin de semana que la hacen los demás”. Pese a la insistencia de la mujer, el cura se mantiene en sus trece.
“Mi hija es una niña que juega, baila, come, duerme, canta, que le encanta cantar como cualquier niña de su edad” y que “por qué no puede hacer la comunión como todos los niños porque tiene autismo”. Para Mercy, se trata de un caso de “discriminación” y que no se piensa “callar”.
Insiste en que “mi Alma va a hacer la comunión con sus 9 años con su vestido y su ilusión como todos los niños por supuesto en otra iglesia pero que hacerla la hace”.
Versión del sacerdote
El relato de los hechos efectuado por Mercy dista mucho, en ciertos detalles, del efectuado por el padre Arturo. A preguntas de VIVA, el párroco aseguraba que "no tendría ningún problema" en realizar la comunión de la hija de Mercy con otros niños, pero que, a la vista de las dificultades de la niña para comunicarse y prestar atención, le había propuesto la opción de "celebrar una misa solo para ella" con el fin de "evitarle" un momento de agobio. Tras explicarle esta posibilidad, asegura que la mujer "se fue contenta" y que "ayer por la noche, me encontré con la publicación en las redes sociales".
El cura también aclaró que, cuando la catequista se entrevistó con la niña, fue la madre quien escogió no entrar para acompañarle", dado que con la explicación de Mercy en Facebook se podía haber entendido que se le había pedido que esperase fuera. "Se le pidió que estuviese presente en la catequesis", explicó el sacerdote.
El padre Arturo indicó que en anteriores ocasiones han dado catequesis a niños con TEA, síndrome de down y otras manifestaciones de diversidad funcional, y que, por tanto -insiste- "no tengo ningún problema" en darle la comunión con otros niños, si la mujer quiere, incluso después de la polémica generada.