La apuesta en escena avisa de las intenciones de estos guerreros que entonan el ‘Non plus ultra’ y que rememoran la fundación de Cádiz hace 3.000 años.
Luchan y luchan en una cruzada contra los elementos con unas letras reivindicativas en favor de la chirigota, “sin ellas no sería Patrimonio de la Humanidad ni nada de nada”.
Con una corona con las Puertas de Tierra en la cabeza, la pena la cantan ante un matrimonio infeliz. Mantienen hasta el término de los dos pasodobles el desenlace final, algo enredado en su gestión. Buen final de estribillo.