“Los vecinos de Karatina decidieron tomar anoche (por el lunes) la justicia por su mano y responder, armados con machetes y hachas, a las provocaciones de los Mungiki, que llevan casi dos décadas extorsionándoles de forma sistemática”, dijo a Efe un alto cargo de la Policía keniana que pidió mantener el anonimato.
Según la fuente, los enfrentamientos comenzaron después de que los Mungiki intentaran expulsar de Karatina, bajo amenaza de muerte, a quienes se negaban a pagar unos aranceles de protección.
Por su parte, el periódico The Standard explica que los vecinos de la localidad entraron por la noche en las casas de los Mungiki y “haciendo uso de la misma brutalidad por la que son conocidos los miembros de esta secta ilegal, los mataron a machetazos mientras dormían e incendiaron luego sus chozas”.
El diario puntualiza que “todas las víctimas son hombres” y que sus “cuerpos, muchos de ellos decapitados, fueron arrojados a los caminos cercanos, provocando el horror de los aldeanos”.
En respuesta al ataque de los vecinos de Karatina, otros miembros de la secta Mungiki llegaron al poblado en vehículos para defender a sus compañeros y los enfrentamientos causaron un número mayor de víctimas, que “aún puede aumentar”, señaló a su vez el portavoz de la Policía keniana, Eric Kiraithe.