Así lo comunicó el director del recinto algecireño, Francisco Márquez, quien afronta estos días su gestión con menos presos de los que jamás ha conocido al frente de Botafuegos. El pasado martes, eran 1.591 los internos que habitaban el penal.
Sólo en los últimos cuatro meses, el descenso ha sido ya considerable. En uno de los últimos traslados masivos desde Botafuegos a otros penales, en este caso el de Morón, en Sevilla, a mediados de mayo, la población quedó fijada en 1.754 presos, 163 más que a fecha del pasado 27 de octubre.
Desde principios de año, las cifras de ocupación se habían quedado fijadas en torno a las 1.750 personas, explicaban entonces fuentes penitenciarias.
Hay que reseñar, asimismo, que el mantenimiento de las cifras de ocupación durante el verano se debió, en buena parte, a la menor llegada de ingresos derivados de la Operación Paso del Estrecho (OPE), según indicaban fuentes penitenciarias.
No obstante, y a pesar de todos estos logros, hay que recordar que el centro se realizó con 1.008 celdas, y, en un principio, con la idea de que éstas fuesen individuales, con lo cual todavía sigue habiendo superpoblación.
Rubalcaba
Estos datos contrastan con los ofrecidos esta semana por el ministro de Interior Alfredo Pérez Rubalcaba donde señalaba que en Botafuegos no había problemas de hacinamiento porque sus celdas estaban acondicionadas para dos personas, lo cual duplicaba su capacidad inicial. El detalle que no ofreció Rubalcaba es si esta duplicación de capacidad iba a ser seguida por también el aumento del personal de la prisión.
Alternativa
En todo este proceso de reducción de la ocupación en Botafuegos ha habido un revulsivo fundamental, que ha sido la reciente inauguración del Centro de Inserción Social (CIS) anexo al recinto penitenciario.
Como relató esta semana el director de la cárcel, en los últimos días se ha consumado el traslado de un total de 150 presos en situación de tercer grado o semi libertad.
Con ello se ha completado un proceso que comenzó el pasado mes de septiembre con estancias breves y diurnas de presos para comenzar a aclimatarse al ambiente del CIS, y que tuvieron continuidad a principios del mes de octubre cuando los primeros 43 internos en tercer grado pernoctaron en el nuevo recinto.
La razón de esta paulatina incorporación de internos es la también lenta asignación de funcionarios que ha tenido el CIS, un problema del que tuvo conocimiento EL FARO INFORMACIÓN el pasado mes de abril, casi tres meses de su apertura.
Una vez realizada la entrega de las obras, el pasado 6 de abril, este diario pudo saber a través de la secretaria autonómica del sindicato CSI-CSIF en su rama penitenciaria, Julia Soto, que las solicitudes de traslado de las que salieronlas plazas para el centro salieron a concurso según publicación en el Boletín Oficial del Estado el pasado 2 de abril, abriéndose un plazo de resolución que concluyó el día 22 de aquel mes.
A partir de ese momento, tenían que pasar cinco meses antes de que pudiese hacerse efectiva la asignación de plazas para el centro de inserción, por lo que ya entonces se preveía que las plazas no estarían ocupadas al menos hasta el mes de septiembre, dos meses después de la fecha que se había fijado para la inauguración.
A mediados del pasado mes de septiembre, comenzaron a tomar posesión de su cargo en el CIS de Botafuegos los funcionarios a los que se designó en aquel último concurso de traslados, De tres a cuatro de estos funcionarios procedían, precisamente, de la cárcel de Botafuegos. Además, llegaron 12 trabajadores en comisión de servicio por aquellas fechas.
La llegada masiva de presos en tercer grado de Botafuegos confirma que durante el pasado mes de octubre el centro adquirió el suficiente grado de operatividad como para albergar al menos a la mitad de las plazas para las que había sido creado inicialmente. Fuentes oficiales del CIS confirmaban también que la plantilla de funcionarios, que según los planes iniciales debía estar compuesta por 53 trabajadores, estaba ya casi al completo.
