Inmerecido o no, el Betis se dejó dos puntos ante el Rayo Vallecano en el día de ayer. De nada sirvieron los goles de Amaya y Verdú, pues un doblete de Bueno (el empate final en el descuento) enmudeció al Villamarín que ya celebraba el triunfo.
Una jornada donde se conocía en las horas previas, la grata noticia de la vuelta seis meses después en Liga de Rubén Castro en la alineación de salida planteada por Mel.
El cuadro bético, sabedor de la tremenda importancia del partido, ofreció un comienzo eléctrico en el que Jorge Molina a los diez minutos, pudo anotar el primero.
Por contra, la celeridad de Lass y la clase de Trashorras, creaban los mayores problemas. El guineano tuvo un claro acercamiento pero el providencial cruce de Antonio Amaya salvó los muebles.
Sería el central verdiblanco, tras una sucesión de saques de esquina; quien, libre de toda marca, cabecearía desde la frontal del área chica el medido centro de Nono logrando el primer tanto de la mañana para el Betis en el minuto 27 y el primero de Amaya en Liga con la elástica de las trece barras.
Los mejores momentos del conjunto local se traducían en ocasiones y una vez más, de córner, el esférico lanzado por Nono era rematado por Rubén Castro cuyo toque se marcharía rozando el poste de la meta de Cobeño.
Acometidas que además se darían en ambas porterías, pues el Rayo Vallecano tuvo sus oportunidades en las botas de Alberto Bueno en primer lugar y Trashorras en segundo término. En el Betis, Salva Sevilla en dos lances, cuyas acciones en el pase a lo largo de los 45 minutos iniciales estaban resultando muy incisivas y Molina a cuatro para el descanso sólo ante el cancerbero vallecano, pudieron ampliar la distancia.
Con la mínima ventaja bética en el luminoso, la segunda parte arrancaría también con fuerza; y es que el impecable testarazo de Rubén Castro a centro de Vadillo se estrellaría en el travesaño.
Sin embargo, cuando más cerca estaba el Betis de sentenciar, en la jugada siguiente, Viera se hacía hueco para sacar un disparo fácil que no atajaría Sara de forma incomprensible cuyo rechace embocaría Bueno firmando el empate en el 50’.
Después del jarro de agua fría, Mel daría rienda suelta a los cambios. Verdú, Juan Carlos y Chuli sustituirían a Molina, Salva y Vadillo.
Así, tantas otras veces desacertado, el mediapunta catalán, en el minuto 81, pondría por delante a los verdiblancos merced a un error en la salida de Cobeño. La pelota caída en los pies de Rubén Castro sería cedida por el canario para Verdú que con una suave y colocada volea anotaría a puerta vacía el segundo.
Locura en las gradas del Villamarín que ya se veía vencedor de los tres puntos. Algo que el anhelado ‘24’ bético pudo certificar en dos ocasiones consecutivas pero Tito en el último segundo y Cobeño con un auténtico paradón a bocajarro, abortaron la posibilidad de sentenciar.
Y en esta tesitura, la máxima del fútbol del que perdona y lo termina pagando se volvió a cumplir en el descuento al medir mal Jordi Figueras un balón aéreo que Viera dejaba a Bueno y este, sin oposición, marcaba a placer.
Hundimiento absoluto en Heliópolis y el Betis que continuará colista en la tabla clasificatoria al menos dos semanas más.